El
siglo XIX fue uno de los períodos más convulsos de nuestra historia, a pesar de
lo cual el desconocimiento que tenemos sobre los hechos ocurridos en nuestra
ciudad sigue siendo limitado. Una buena prueba de ello lo constituye un suceso
acaecido en Borja el 23 de octubre de 1848, sobre el que dio cuenta el Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza.
“El día 23 del actual se formó en Borja una
facción en sentido centralista, que después de robar los caudales existentes en
aquella Administración, salió de la ciudad hacia la parte de Vera. Ya por la
noticia que recibirían de la aproximación de la columna del ejército, que al
momento salió de esta plaza para perseguirla, ya por la ninguna simpatía que
esta gabilla encontró en cuantos pueblos fue recorriendo, se disolvió
completamente al siguiente día en Talamantes, marchando los individuos de que
se componía en diferentes direcciones y sólo siguieron tres a los dos jefes de
la facción, D. Gerónimo Cruz, subteniente retirado, y un tal Modesto Reverter,
los cuales acosados por las fuerzas del ejército, se han dirigido hacia
Castilla, abandonando todas las armas, municiones y vestuario que tenían; cuyos
efectos han sido ocupados por dicha columna y consisten en 29 lanzas, 13 armas
de fuego, 24 caparazones, 23 casaquillas, 20 sables de caballería, 43 morriones
y 2 cajones de municiones.
Lo
que de orden el Excmo. Sr. Capitán General de este Distrito se hace saber al
público por medio de los periódicos del mismo, para su conocimiento y
satisfacción. Zaragoza, 27 de octubre de 1848. El Coronel Jefe de E.M. Antonio
Caruana.”
Ese
hecho provocó el que la máxima autoridad militar proclamara el “estado
excepcional” en nuestro partido y en otros próximos. En realidad, esta
declaración representaba lo que, más tarde, sería considerado como “estado de
guerra”, ya que en virtud de las atribuciones que asumía podía ser “pasado por
las armas” cualquier rebelde sorprendido con las armas en la mano, así como
todos aquellos que les dieran protección, suministrándoles caballos, armas u
otros efectos de guerra.
La
referencia en la disposición anterior a la previa declaración del mismo “estado
excepcional” en los partidos que confinaban con Cataluña y el Maestrazgo, podía
inducir la sospecha de que el movimiento insurreccional se enmarcaba dentro del
marcs de la Segunda Guerra Carlista que, en aquellos momentos, se estaba
librando teniendo como uno de sus escenarios principales al Principado de Cataluña.
Sin
embargo, la realidad era muy diferente pues lo ocurrido en Borja fue el
levantamiento de una partida republicana de unos 100 hombres, al grito de “Viva
el Pueblo Soberano”. Se estuvieron organizando durante algún tiempo, sin que
las autoridades locales se percatasen, hasta que en la noche del 22 al 23 de
octubre se alzaron en armas, al mando de los citados Jerónimo Cruz y Modesto
Reverter, asaltando la Administración de Rentas, donde robaron tabaco y dinero,
en una cuantía superior a los 10.000 reales, marchando después a propagar el
movimiento revolucionario por otras localidades de la comarca, hasta que se disolvieron
en la forma antes comentada.
Tras
la llegada de las fuerzas militares rápidamente enviadas que acabaron con la
revuelta, fue destituido el Alcalde de Borja D. Prudencio Cuber, que había
tomado posesión el 1 de enero de ese mismo año, al ser acusado de complicidad.
En su lugar fue designado D. Manuel Sancho Torres que desempeñó el cargo
durante poco más de 30 días.
Algo
de razón había en ello, ya que cuando veinte años después se produjo la llamada
“revolución de La Gloriosa”, el mismo Prudencio Cuber recordaba en una proclama
la intentona de 1848, afirmando que
“patriotas vecinos de esta ciudad, armados de todas armas, mal hallados con el
gobierno despótico de aquella época, fueron los primeros en la Península en dar
el grito de rebeldía”. ¡Ahí queda eso!
Agradecemos
a D. Guillermo Carranza las fotografías que nos ha enviado del Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza,
una de cuyas colecciones completas se conserva en Borja.
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