Ambel
es una localidad que cuenta con un importante conjunto de representaciones
heráldicas, muchas de ellas relacionadas con la Orden de San Juan de Jerusalén,
de Rodas y de Malta, de la que fue cabeza de una encomienda, tras la extinción
de la Orden del Temple, a la que anteriormente había pertenecido. Ello nos
obliga a darlas a conocer en dos artículos.
Hoy
haremos referencia a las que se encuentran en la casa conventual de la Orden,
un monumento declarado Bien de Interés Cultural formando conjunto con la
contigua iglesia parroquial de San Miguel. Sobre la puerta de acceso a la casa
se encuentran estos tres escudos, correspondientes a las armas de la Orden, del
Gran Maestre Philippe Villier de l’Isle Adam (1521-1534) y de D. Pedro de
Monserrat, comendador de Ambel desde 1530 e impulsor de numerosas obras en
ella.
Junto
a la puerta principal del palacio existe otra más pequeña que sirve de acceso
secundario a la iglesia, sobre la que se encuentran las armas de otro
comendador de Ambel, en este caso D. Martín de Lavata, que lo fue entre 1504 y
1520.
Una
de las obras realizadas por D. Pedro de Monserrat, fue la reconstrucción de un
torreón situado a los pies de la iglesia, para adaptarlo como capilla
funeraria. En su fachada exterior se encuentran, como en la puerta de acceso al
palacio, las armas de la Orden, del Gran Maestre y las suyas propias.
A
ambos lados de la puerta principal de acceso al templo se encuentran las armas del
Gran Maestre Philippe Villier de l’Isle Adam y las de Monserrat, en este caso
muy deterioradas.
Ya en la fachada
lateral del palacio, junto a la galería de arcos allí existente aparece este
escudo que plantea algunos problemas. En principio, podría corresponder a un
comendador, ya que lleva en jefe la cruz de la Orden, aunque con un diseño
diferente al habitual. Christopher Gerrard, en su documentada obra sobre la
casa conventual no pudo identificarlas. Nos ha llamado la atención que, en una
página sobre heráldica en la provincia de Zaragoza, son atribuidas a los Lambea
y Casarelas, aduciendo las pruebas de infanzonía de D. Miguel Juan Lambea y Casarelas en 1727, pero
no parece razonable, a pesar de que un miembro de la familia, D. Pedro Lambea
era colector y apoderado del arrendador de la encomienda a comienzos del siglo
XIX.
El
interior del edificio es también rico en representaciones heráldicas. Así sobre
la preciosa logia que cerraba la escalera principal en la planta noble se
encuentran las armas del comendador Pedro Martínez de Marcilla que estuvo al
frente de la encomienda entre 1627 y 1640, realizando obras
importantes en la casa.
En
las columnitas que soportaban los arcos de esa logia, desplazadas para abrir un
nuevo tramo de escalera hacia el piso superior, se encuentran las armas de la
Orden y de D. Pedro Monserrat.
De
nuevo vuelven a aparecer las armas de Monserrat en el interior de la casa, lo
que constituye un testimonio elocuente de las numerosas reformas que llevó a
cabo en ella. La segunda de ellas se encuentra en el acceso a la llamada “sala
de las rodelas”, el salón principal del palacio, que recibía este nombre por
estar decorado con rodelas de caballeros.
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