En
los primeros años del siglo XX este era el aspecto que presentaba la actual
plaza de España de Borja, en el lado situado frente a la Casa Consistorial. A
la derecha de la imagen, la antigua fonda, en cuya fachada se puede leer el
rótulo “Parador de Mariano Pardo”. A la izquierda, se encontraba un pequeño
edificio de dos plantas en cuyos bajos se encontraba la sastrería de Raimundo
Terrén, cuyo retrato realizado por Baltasar González se conservan en el Centro
de Estudios Borjanos, por donación de sus familiares. Detrás se advierte una
casa de mayores dimensiones con la caja de la escalera con cubierta a cuatro
aguas que nos advierte de la presencia de un palacio de indudable interés que
se abría a la calle de la Concepción.
Ambas
casas fueron derribadas, poco después, para construir el edificio de cinco
plantas que ha llegado hasta nuestros días y en donde, en la actualidad, se
encuentra la sucursal de Caixa Bank. En esta fotografía realizada, con ocasión
del Entierro de Cristo, también puede verse el antiguo convento de agustinos
recoletos, derribado para levantar el edificio de Ibercaja Banco.
Pero,
ciñéndonos al edificio de la Caixa, que tiene fachadas a la plaza y dos calles,
el estado que presentaban las mismas era muy deficiente. Coincidiendo con la
declaración del casco antiguo de Borja como Bien de Interés Cultural, en la
categoría de Conjunto Histórico Artístico, sus propietarios decidieron acometer
a sus expensas la restauración de las tres fachadas.
El
resultado ha sido espectacular y especialmente significativo por el lugar de su
emplazamiento, en el centro de la ciudad, lo que merece ser destacado. Aún
sería más interesante si, algún día, llegarán a retirarse los tendidos aéreos
que afean considerablemente el paisaje urbano y, en algunos casos, hacen
imposible la restauración de las fachadas. Si en otros lugares se ha
conseguido, creemos que también se logrará en Borja, tras su declaración
monumental y la aprobación del Plan Especial, elaborado ya hace tiempo.
En el caso que nos
ocupa se ha puesto especial empeño en recuperar los elementos decorativos de la
fachada y se ha acertado en la elección de los colores. Por otra parte, como
puede apreciarse en esta última fotografía, se han procurado enmascarar los
numerosos cables que la cruzan.
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