Ayer
el barrio del Cinto, la antigua judería, recuperó una de sus tradiciones
desaparecidas: la celebración de la fiesta de Santiago. En este día, la imagen
del Patrón de España se colocaba en la hornacina existente en un edificio ya
desaparecido. Como las de otros barrios de nuestra ciudad, era una fiesta
entrañable que reunía a los vecinos, en torno a los festejos que ellos mismos
programaban.
No
faltaban alicientes, como las “frugales” comidas que organizaban con el
complemento de las tartas elaboradas para participar en un concurso que
convocaban, como puede verse en estas imágenes que amablemente nos han
facilitado y que corresponden a las fiestas de 1997, como se indica al dorso de
las mismas.
Ayer,
Santiago retornó al barrio que lo había adoptado como Patrón y lo hizo por
medio de una imagen que cedieron las religiosas del convento de Santa Clara,
donada por un ilustre benefactor y bendecida en el último Año Santo Jacobeo por
el Rvdo. D. Javier Calvillo. Desaparecida la casa, en la que estaba la
hornacina, fue situada sobre una mesa, dispuesta al efecto, ofreciendo este
hermoso aspecto con el castillo al fondo.
A
lo largo del día, fueron muchas las personas, procedentes de los más diversos
lugares, que se acercaron hasta allí, para rendir homenaje al Santo Apóstol,
congratulándose de la feliz idea de que se hubiera decidido utilizar esta
representación iconográfica, en lugar de la anterior, en la que Santiago
aparecía montando a caballo, en su otra versión de Santiago Matamoros.
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