viernes, 8 de julio de 2016

Mirambel, un lugar para visitar



            La imagen de la villa de Mirambel está asociada al llamado “portal de las monjas”, una de las puertas de acceso al casco urbano con este maravilloso mirador en el que la madera y la filigrana de sus celosías de yeso componen una estampa singular. Toma su nombre del contiguo convento de agustinas, al que perteneció, ahora reconvertido en centro cultural y al que dedicamos otro artículo.




            Precisamente allí se encuentra la placa que recuerda la visita efectuada por S. M. la Reina Dª Sofía, el 30 de junio de 1983, para hacer entrega de la Medalla de Oro, otorgada por Europa Nostra, a la rehabilitación integral de la promoción que, por otra parte, había sido declarada “Conjunto Histórico-Artístico” en 1980. En aquella ocasión fue nombrada "Hija Adoptiva de Mirambel".





            No es la única puerta de acceso que conserva su espectacular recinto amurallado, ahora restaurado, pues también pueden admirarse los llamados portales del Estudio, de la Fuente, de San Roque y de San Valero.



            En la clave del que aparece en la fotografía anterior se encuentra el escudo de la Orden de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, a la que perteneció la villa (una cruz recta de plata, sobre fondo de gules).



            Como en otros lugares de su entorno, en Mirambel se insiste mucho en su relación con la Orden del Temple y, por ejemplo, una excelente casa rural lleva el nombre de “Las Moradas del Temple”. Siendo importante esta vinculación, mucho más lo es la que, a lo largo de un dilatado período de tiempo, tuvo con la Orden de Malta.




          No deja de ser llamativo que la casa conventual de la Orden, levantada sobre el antiguo castillo, sea uno de los pocos edificios del casco urbano que están a la espera de su recuperación, a pesar de la importancia de sus restos arquitectónicos.







            En Mirambel hay edificios de gran belleza, como la casa Aliaga, en la plaza del mismo nombre, con un reloj de sol en su fachada, o la casa Castellot, también en la misma plaza, con una fachada lateral en la que se abre un interesante balcón con arco de medio punto.




            Otro edificio notable es la casa de los Julianes, ubicada en la calle que parte del portal de las monjas, en la que destaca la carpintería que cierra sus vanos.





            La Casa Consistorial, frente a la iglesia parroquial presenta en el ángulo que forman sus fachadas, el escudo de la villa, una torre entre dos “mirambeles” o girasoles, así como la fecha de su realización “1883”, posterior por lo tanto a las guerras carlistas en las que la localidad fue sede de la Junta Suprema de Aragón, Cataluña y Valencia, residiendo allí el pretendiente D. Carlos, durante el primero de dichos conflictos. Por otra parte, en la lonja de la planta inferior se encuentra el trinquete, una costumbre que podemos ver en otras localidades de la zona.



            La iglesia parroquial de Santa Margarita, que no pudimos visitar, la cual fue construida en 1679, siendo destruida en 1843 por “El Serrador” uno de los jefes carlistas y reconstruida por el arquitecto valenciano D. Salvador Minero. También sufrió las consecuencias de la última guerra civil, en la que quedó destruido todo su patrimonio mueble.





            Muy cerca del casco urbano, siguiendo el camino de la fuente, se encuentra la ermita de San Roque, una de las varias existentes en la localidad, pues también hay otras dedicadas a San Roque, San “Martinico”, San Cristóbal, San José, Santa Ana y el santuario de San Martín.





            En la fuente, que forma una unidad con el lavadero contiguo, llama la atención el caño, por el que fluye el agua, que tiene forma de cabeza de pez.





            Pero, junto a sus edificios singulares, Mirambel impresiona por la belleza de todo el conjunto urbano, por su adecuada conservación y el cuidado puesto en el mantenimiento de todas sus casas, convirtiéndose en un lugar para ser visitado, ofreciendo el aliciente añadido de poder recorrer poblaciones cercanas que, asimismo, merece la pena conocer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario