En
una reciente visita a una localidad navarra encontramos, en un parque situado a
la entrada de la población, un curioso cartel en el que se prohíbe utilizar el “asador
decorativo” allí existente. Mantener una estructura que no puede cumplir la
misión para la que fue construida, parece constituir un claro ejemplo de
preocupación por el mantenimiento de la arquitectura tradicional de la zona,
resaltando su valor “paisajístico”. Por
otra parte, la colocación del cartel es una solución más barata que la
demolición del asador, a la hora de cumplir la normativa vigente en esta
materia.
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