Dos
de los más importantes monumentos que constituyen el Patrimonio Cultural de la
villa de Ambel, la ermita de Nuestra Señora del Rosario y la iglesia parroquial
de San Miguel, fueron testigos ayer de la celebración del día principal de sus
fiestas patronales, en honor de las Santas Reliquias, que tuvimos la oportunidad
de compartir con todos sus vecinos.
A
mediodía, se celebró en la ermita del Rosario, en cuyo retablo se encontraba
ese excepcional conjunto de relicarios bajo cuyo patronazgo se acogió hace ya
siglos la localidad, una solemne Eucaristía que fue presidida por el actual
Párroco, P. Cervando Bedoya (Misionero de Betania), con quien concelebraron el
Párroco de Mallén, D. Esteban Guilzu Olza, y el de Novillas, D. Martín Crespo
Pascual.
A
lo largo de la ceremonia fue interpretada la “Misa baturra”, a cargo del Grupo
de Jota “El Regañón” de Tarazona, que se situó en el coro del templo, junto a
otras personas que vestían el traje regional.
A
continuación, se inició la procesión con la peana en la que se dispone uno de
los relicarios. Fue presidida por el Sr. Párroco, tras el cual marchaba el Sr.
Alcalde de Ambel, D. Fernando Flores Berna, acompañado por el Diputado
Provincial, Iltre. Sr. D. Pedro Feliciano Tabuenca López, Juez de Paz y
miembros de la corporación municipal.
Especialmente
emotivo fue el momento en el que, al llegar a la plaza de San Miguel, los
diferentes grupos de danzantes hicieron las “cortesías” ante la peana y la
Banda de Música “La Moncaína”, bajo la dirección de D. Francisco José Lamata
Gómez, interpretaba el Himno Nacional que, en el caso de Ambel, va acompañado
por el baile de los danzantes.
A
continuación, la procesión recorrió las calles de la localidad cuyos edificios
se encontraban engalanados con tapices, para retornar de nuevo a la plaza de
San Miguel en donde se procedió al baile de paloteado. Nos llamó la atención
que durante todo ese largo espacio de tiempo no cesaron de sonar las campanas
de la torre de la iglesia parroquial, volteadas a mano por un grupo de
esforzados voluntarios, como en los viejos tiempos.
Situada
la peana a las puertas de la iglesia parroquial, junto con el pendón de la
cofradía y las autoridades, en lugar preferente, dio comienzo la interpretación
del paloteado, pues en Ambel desde hace unos años no se lleva a cabo el dance,
a pesar de que disponen de algunos de los mejores textos de nuestra comarca.
Como
contrapartida, el baile simultáneo de los distintos grupos resulta
especialmente vistoso y espectacular, tanto en su modalidad de palos como de
cintas. La foto final, con todos los participantes da idea del elevado número
de los mismos, tanto niños como mayores.
Entre
los detalles curiosos que pudimos observar fue el de un danzante grabando el
desarrollo del baile con una cámara en su cabeza o el de los gemelos Lucas y
Mario Montorio, formando parte de uno de los grupos.
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