Entre
los fondos que estamos escaneando del archivo Méndez-Sierra-Ojeda ha aparecido
esta curiosa fotografía inédita en la que aparece un cabezudo zaragozano que no
conocíamos. Lleva un gorra en la que aparece el rótulo “Mansi” y evidentemente
es un fiel reflejo del personaje representado, con su bigote y un puro en la
comisura de los labios.
Se
trata de uno de los cabezudos que se incorporaron a la comparsa de la capital
aragonesa en las fiestas del Pilar de 1904, por iniciativa del ilustre médico y
Director del Museo Provincial, D. José Galiay Sarañana; y del pintor D. Ángel Díaz Domínguez, ambos personajes
destacados de la intelectualidad aragonesa.
Uno era el "Mansi", cobrador de las sillas que "La Caridad" instalaba en el Paseo
de la Independencia, con ocasión de determinados acontecimientos, con cuyo
alquiler se contribuía al mantenimiento de este establecimiento benéfico,
creado en 1899 por el Ayuntamiento de Zaragoza, para la enseñanza y atención de
niños desfavorecidos.
El “Mansi” era un
personaje muy popular, rodeado de cierta leyenda, pues había sido criado de un
posadero y con los pequeños sueldos que reunía en sus distintas ocupaciones,
asistía a todas las corridas de toro, fumaba buenos puros y, en definitiva,
llevaba una vida acomodada.
Con él se incorporó
otro cabezudo que representaba a “Pascual el vigilante”, el sereno de la calle
Alfonso, otro tipo popular, al que los niños cantaban:
“Vigilante
Pascual
que
cuida la calle Alfonso
y
no le pagan un real.
¡Vigilante
que lleva
la
pipa por delante!...”.
El puro y la pipa hubieran
tenido el mismo fin que el cigarrillo de la “cigarrera del Tubo”, el más
reciente de los cabezudos, aunque se libraron de ello, pues por motivos que
desconocemos terminaron abandonando la comparsa. Probablemente, influyó en ello
el excesivo peso, a juzgar por las dimensiones que se aprecian en la imagen que
damos a conocer que, hasta el momento, es la única que conocemos.
La
foto está tomada el mismo año de su presentación y respecto al lugar en que fue
realizada, nuestro geógrafo D. Leandro José Galindo Escolano lo ha identificado
inmediatamente: La esquina de la calle Cinco de Marzo con el Paseo de la
Independencia, junto al arco del único edificio que ha sobrevivido de los que
entonces había en esa zona del paseo.
Cinco de Marzo, antes Requeté Aragonés
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