Las
murallas de Borja están de actualidad con motivo de la iniciativa planteada por
el M. I. Ayuntamiento para proceder a la investigación arqueológica de aquella
parte de su trazado que permanece oculta a los pies del castillo.
Sin
embargo, en torno al Cinto se conservan una serie de torreones y lienzos de
mucha mayor importancia, aunque su estado dista mucho de ser el más
adecuado, a pesar de ser uno de los
escasos testimonios existentes de fortificaciones de época califal en Aragón.
Por ello, aprovechando las obras de retejado que se han llevado a cabo en el
edificio conocido como “la cárcel”, hemos podido realizar nuevas fotografías
desde el interior de la misma, gracias a la amabilidad de su propietario.
Debemos recordar que,
según la tradición, esa modesta casa fue la sede del concejo borjano en época
medieval, lo que no ha podido ser documentado y parece discutible ya que el
interior del recinto amurallado estaba ocupado por la judería, cuyos miembros
tenían que hacer frente a la conservación de las fortificaciones, como hemos
señalado en otras ocasiones.
Formando
parte de ese edificio hay uno de los antiguos torreones, cuyas primeras hiladas
son de sillares, sobre los que se levantaron posteriormente muros de mampuesto.
Lo mismo ocurre con el lienzo contiguo que constituye la parte posterior de la
casa y, desde cuyo interior, se aprecian perfectamente los sillares inferiores.
De igual forma la ventana abierta en su día, rompiendo el muro, da idea de la
anchura del mismo.
Pero
lo más llamativo ha sido el haber podido fotografiar desde esa casa este otro
torreón, de gran calidad y con buena parte de su estructura conservada. Desde
la plaza podía verse parcialmente una de sus caras, pero la lateral, con
sillares bien escuadrados y en perfecto estado, no la conocíamos.
Todo
esfuerzo que se realice para conservar y recuperar estos elementos de singular
interés, merecerán la pena, no sólo para Borja sino para la arquitectura
militar aragonesa.
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