Las
reuniones anuales del Comité Intergubernamental de la Convención para el
Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO se desarrollan a lo largo de una
semana con una apretada agenda en la que se abordan diversos temas, aunque el
punto que despierta mayor interés es el del debate de las candidaturas
presentadas por los diferentes Estados para su declaración como Patrimonio de
la Humanidad.
Estas
candidaturas son evaluadas previamente por una comisión integrada por seis
expertos, designados por los Estados parte y otros seis representantes de
organizaciones no gubernamentales, elegidas entre las acreditadas por la
UNESCO, una de las cuales es nuestro Centro.
Los
miembros del Comité Intergubernamental son elegidos entre los Estados
signatarios de la convención y se renuevan periódicamente. España ha formado parte del mismo, pero en estos
momentos, la delegación de nuestro país asistía en calidad de observadora.
Los
miembros actuales son Afganistán, Argelia, Austria, Bulgaria, Colombia, Congo,
Cuba, Chipre, Etiopía, Guatemala, Hungría, India, Líbano, Mauricio, Mongolia,
Palestina, Filipinas, República de Corea, Santa Lucía, Senegal, Turquía, y
Zambia. De todos ellos tuvieron especial protagonismo Cuba, Palestina y la
India. La Delegada cubana, Gladys María Collazo Usallán, marcó en cierto modo
el desarrollo de los trabajos, planteando la necesidad de que el Comité tuviera
una mayor incidencia en el análisis de las candidaturas, lo que determinó que,
en varios casos, las propuestas del órgano de evaluación fueran enmendadas. Por
otra parte, solicitó un minuto de silencio en recuerdo del que fuera Presidente
de Cuba, Fidel Castro, lo que fue aceptado al igual que otro minuto de silencio
en recuerdo de las víctimas del avión colombiano siniestrado.
Cuando
la rumba cubana quedó inscrita como Patrimonio de la Humanidad, Gladys desplegó
la bandera de su país y el representante de los rumberos, Esmidio Merencio
Blanco, agradeció el reconocimiento con voz quebrada por la emoción. Con él
compartimos momentos muy agradables en los que nos recordó su estancia en
España y sus aventuras para llegar a la capital etíope.
Un
momento especialmente significativo fue cuando, no sin debate, fue aprobada la
inclusión en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la candidatura
presentada por el gobierno etíope de la Gada, el sistema sociopolítico
democrático autóctono de los Oromo. Hay que tener en cuenta que esta etnia es
la que ha protagonizado recientes incidentes que desembocaron en la declaración
del estado de emergencia en el país que aún estaba en vigor durante nuestra
estancia.
Los Oromo
que habían seguido con interés las deliberaciones se sumaron con entusiasmo a
la celebración que ocasionó la interrupción de la sesión durante varios
minutos. La bandera nacional desplegada, los cantos y gritos, así como la
presión de los medios de comunicación locales fueron una expresiva
manifestación de la alegría colectiva.
Pero
lo mismo ocurrió en otros casos, como el de la charrería de México, el del
carnaval de El Callao de Venezuela o el de las prácticas ligadas a la creencia
en la Tres Madres de Vietnam. Alegría desbordante y desfiles hasta la mesa
presidencial se repitieron en varias ocasiones.
Otra
situación curiosa se produjo tras la declaración del yoga como Patrimonio de la
Humanidad, al subir a la tribuna un experto maestro que realizó una
demostración durante unos minutos. Desde otro punto de vista, también nos
sorprendió que Alemania lograra la declaración, a pesar del informe negativo
del órgano de evaluación, para su candidatura sobre la organización de
cooperativas agrarias, completamente similares a las nuestras.
Lamentablemente, no pudimos estar presentes cuando el último
día fue ratificada la condición de organización acreditada ante el Comité para
nuestro Centro, dado que tuvimos que regresar anticipadamente.
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