El 13 de mayo de 1703,
el organero zaragozano Ambrosio Moliner hizo entrega a la colegiata de Santa
María del órgano que le habían encargado para sustituir al que se usaba hasta
ese momento.
El primer órgano que
tuvo la colegiata fue instalado en 1556, pero fue destruido en 1567, a consecuencia del
impacto de un rayo. Cedió entonces un “ala de órgano” el duque de Villahermosa
hasta que se pudo disponer de uno nuevo, al que corresponde la caja que se
conserva, en la que aparece la fecha de “1569”.
Pero, a finales del
siglo XVII había quedado inservible y se le encargó otro al citado Ambrosio
Moliner que lo hizo con 2.101 caños. A consecuencia de la ruina en la que se
encontraba la nave del templo, en las últimas décadas del siglo XVIII, fue
necesario desmontarlo, conservándolo en una casa particular, de donde se
llevaron muchos de sus tubos las tropas españolas, durante la Guerra de la
Independencia. A pesar de ello, se volvió a instalar en 1833 y fue utilizado
hasta que, en 1869, se construyó el actual que ha sido objeto también de varias
modificaciones.
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