El 6
de mayo de 1566, los agustinos que
pretendían fundar un convento en Borja pidieron que se les cediera la ermita de
San Jorge para este fin. Tras varios intentos, fue a comienzos del siglo XVII
cuando, finalmente, pudieron establecerse en nuestra ciudad, siendo construido
el convento en la actual plaza de España.
El 6
de mayo de 1920 nació en Albeta D. José
Luis Tabuenca Baya. Agricultor de profesión, su vida estuvo vinculada a la
corporación municipal de su localidad natal, como Concejal entre 1949 y 1954;
Teniente de Alcalde entre 1955 y Alcalde entre 1969 y 1978. Durante su mandato
se realizó la traída de aguas potables y la instalación del alcantarillado.
También adquirió unos corrales que, tras su demolición dieron lugar a una
espaciosa plaza en la que, actualmente, se levanta la Casa Consistorial. Por
ello, su sucesor D. Antonio Martínez Arcega propuso que esa plaza llevara el
nombre de “Alcalde Tabuenca”. El acto de inauguración y el descubrimiento de la
placa tuvieron lugar en 1980, con asistencia de D. Gaspar Castellano Gastón,
Presidente de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza.
El 6
de mayo de 1928 fue la primera vez que el Rosario
de Cristal desfiló por las calles de Borja, como volverá hacerlo mañana por
la tarde. Queremos recordar a la persona que concibió su realización. Fue D.
Federico Magdalena Lacambra, Doctor en Teología y Profesor del Seminario de
Zaragoza, además de canónigo. Solía pasar sus vacaciones en el Santuario de
Misericordia, donde tenía una casa y, en el verano de 1927, expuso la idea de
crear un Rosario de Cristal en Borja a un grupo de sacerdotes que habían
acudido a visitarle. La idea fue acogida con entusiasmo por el Párroco de Santa
María D. Roque Pascual y el 13 de octubre de 1927 en el periódico Ecos del
Moncayo apareció una nota, firmada por el Capellán de la Virgen D. José María
Pereda (el famoso mosén Pepe, al que le quitaron la calle que tenía dedicada
por sus virtudes y su contribución al engrandecimiento de Borja) y D. Agustín
María Sierra, invitando a todos los borjanos a contribuir económicamente para
que el proyecto pudiera llevarse a cabo. La respuesta fue impresionante y
muchas personas asumieron el reto de adquirir un farol o entregar una
aportación de menor entidad. El Ayuntamiento que presidía D. Dionisio Pérez
Viana hizo un gran esfuerzo, mandando construir ese hermoso “farol de la ciudad”
que precede al trono de la Virgen. Lo llamativo es que, en apenas seis meses,
se reunieron los fondos precisos, se diseñaron los faroles y se logró que los
Talleres Quintana de Zaragoza los tuvieran listos para ese primer domingo de
mayo de 1928, en el que fueron presentados entre el entusiasmo y el aplauso
general.
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