martes, 1 de agosto de 2017

Sobre la numeración de las quintas


         El pasado fin de semana se ha celebrado en nuestra ciudad la tradicional fiesta de los “quintos”, con la imposición de pañuelo a cada uno de ellos en la Casa Consistorial, almuerzo en la plaza del Mercado y actuación musical nocturna junto al Pabellón Polideportivo. Hay que resaltar que, en esta ocasión, todo ha transcurrido dentro de un agradable ambiente, sin tener que recurrir a manifestaciones fuera de lugar como las pintadas que otros años afectaron a determinados monumentos y espacios de la ciudad.
         La fiesta y la denominación que aparece en las pegatinas que utilizaron nos da pie para recordar algunos datos sobre esta costumbre. Según el Diccionario de la Real Academia Española quinto es el “mozo desde que sortea hasta que se incorpora al servicio militar”.

         Pero la palabra tiene un origen mucho más antiguo, dado que guarda relación con la norma implantada en Castilla, en época medieval, de reclutar para el Ejército a una quinta parte de los varones disponibles en cada localidad.
         Sin embargo, fue en el siglo XVIII, tras el advenimiento de la dinastía borbónica cuando, siguiendo las normas existentes en Francia, se generalizó. Desde entonces los “quintos” eran esa quinta parte de los mozos a los que había correspondido servir en los Reales Ejércitos que, con anterioridad, estaba compuesto por voluntarios.
         Cuando en el siglo XX se implantó el Servicio Militar Obligatorio y todos los varones, salvo los que eran objeto de determinadas exenciones, tuvieron que servir en el Ejército, se siguió manteniendo el nombre de “quinto” para los que, al cumplir los 21 años, eran tallados y registrados en cada Ayuntamiento, dado que a estos correspondían las labores previas de reclutamiento.
         Se trataba de un acto solemne en el que se medía, pesaba y vacunaba a cada mozo que, en aquel momento, podía alegar algún eximente ante los médicos titulares del municipio, aunque la resolución del expediente correspondía a los Tribunales Médicos Militares.
         Una vez tallados, los quintos organizaban una serie de actos, el primero de los cuales era un recorrido por las casas de todos ellos, donde se les ofrecían pastas y vino. En algunos lugares era costumbre comenzar por el domicilio de aquellos que se encontraban en mejor posición económica, para que al llegar a los más humildes las ganas de comer fueran menores.
         Comoquiera que el tallado tenía lugar en el año en que se alcanzaba la mayoría de edad (primero a los 21 años y más tarde a los 18), ese día constituía de hecho el paso de todos ellos a un estatus social diferente.
         Precisamente por ello, la numeración de las quintas correspondía a la del año de su alistamiento. Los quintos del 68 eran los nacidos en el año 1947 (cuando cumplieron los 21 años), porque lo importante no era cuándo nacieron, sino el momento del paso de la adolescencia a la juventud, un rito que tiene su arraigo en las más antiguas culturas.

         Desaparecido el Servicio Militar Obligatorio por un Real Decreto de 9 de marzo de 2001 aprobado por el Consejo de Ministros que presidía D. José María Aznar, los quintos dejaron de existir, pero como ese “rito” de paso respondía  una costumbre arraigada, la fiesta se ha mantenido en muchos lugares, aunque los jóvenes, desconocedores de su significado y de la importancia de resaltar el año de su mayoría de edad, han comenzado a numerarse con el de su nacimiento que nada quiere decir. Por eso, los “quintos del 99” a los que se hace referencia en las pegatinas que han dado motivo a este comentario serían, en realidad, los “quintos del 17”, porque mucho más trascendencia tiene para ellos el año de su mayoría de edad (ahora a los 18 años) que aquel en que nacieron, salvando las lógicas distancias.

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