domingo, 10 de diciembre de 2017

Ayer se celebró la Feria del Comendador en Añón


         Ayer nos desplazamos hasta Añón para asistir a la XIV Feria del Comendador, aplazada por el mal tiempo reinante en su momento, con la fortuna de que pudimos disfrutar de una mañana luminosa y soleada en esa bella localidad del Somontano del Moncayo.





         Desde primeras horas de la mañana permaneció abierto el mercado medieval instalado en varias calles, aunque la asistencia de público no fue tan numerosa como en ocasiones anteriores, por causa en gran medida de la avanzada fecha en que se ha llevado a cabo.




         A las doce de la mañana dio comienzo la recreación histórica de la llegada del primer comendador de la Orden de San Juan de Jerusalén, de acuerdo al guión que el pasado año elaboró nuestro Centro. Contó con el habitual acompañamiento musical del grupo Alan Folk.




         El grupo “Octava Milla de Utebo” efectuó una representación de bailes medievales que, posteriormente, interpretaron también en la plaza de la iglesia.





         El entusiasmo del que hicieron gala impulsó a algunos de los presentes a iniciarse en tan complicada práctica, recibiendo las primeras lecciones.





         Gracias a ellas, muy pronto pudieron sumarse a la fiesta dando cumplidas pruebas de su soltura y habilidad, llegando incluso a intercambiar parejas, como puede apreciarse en estas imágenes, en las que destaca la perfecta ejecución de las complejas contradanzas, de lo que dio muestra nuestro ilustre colaborador D. David Cabrejas, superando incluso la gracilidad y donaire de Dª. Ana Martín, ante la atónita mirada de los profesionales en estas lides.




         Desde allí, la comitiva se desplazó al espectacular castillo que domina la población, donde el nuevo comendador tomó posesión del mismo, mientras se izaba en uno de sus torreones el pabellón de la orden.




         La recreación finalizó ante la iglesia parroquial cuyas llaves le fueron entregadas, antes de proceder al nombramiento de prior, entre los aplausos de la concurrencia.





         Hubo también una vistosa exhibición de rapaces, que ayer se mostraron un poco remisas, aunque sobrevolaron sobre el grupo de voluntarios que, tendidos en el suelo, no las tenían todas consigo sobre el comportamiento de tan hermosos animales.




         Entre las muchas actividades programadas, despertó gran interés entre los más pequeños el taller de Pintura, en el que pudieron poner a prueba sus dotes artísticas realizando trabajos dignos de figurar en las mejores galerías.



         La mañana finalizó con una comida en la que se sirvió una paella con estofado de carne y un helado como postre, muy bien guisado y en un agradable ambiente como suele ser habitual en todos los actos programados en Añón.

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