Poco
antes de las nueve de la mañana de ayer, se fueron concentrando en la plaza del
Mercado las personas que iban a tomar parte en la recreación, ataviadas a la
usanza de la primera mitad del siglo XX, y con los instrumentos propios para
las faenas agrícolas que se iban a recordar.
Allí
posaron todos para Enrique Lacleta que hizo para nuestro Centro un completo
reportaje de toda la jornada, al que pertenecen las fotografías que ilustran
los diferentes comentarios que hoy publicamos.
Estaba
también presente la improvisada rondalla formada por intérpretes de Agón,
Ainzón y Borja que con su música y sus jotas constituyeron un acontecimiento
perfecto a lo largo de la mañana.
Desde allí partieron a la hora fijada
en dirección al lugar en el que iba a tener lugar la representación, formando
una vistosa comitiva, encabezada por el carro y con la rondalla al final.
Por la
calle de Goya y el arco de la Carrera llegaron a la avenida de Cervantes, donde
Ricardo se empleó a fondo con el freno del carro. Hacía tiempo que no se veía
un espectáculo tan bonito en nuestras calles en las que, hasta hace no mucho
tiempo, era algo habitual en los meses de verano.
El
paso por la calle de Barbalanca permitió reflejar estas bonitas perspectivas
con el castillo al fondo, antes de llegar frente al recinto del ferial donde se
realizaron las distintas actividades programadas.
Aún
tuvo tiempo Enrique de subir al cabezo de la Horca para ofrecernos esta
perspectiva del espacio acondicionado con la era y un campo contiguo en el que
se efectuó la siega.
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