jueves, 23 de agosto de 2018

Nueva visita al museo de Juegos y Deportes Tradicionales de La Almunia de Doña Godina



         El pasado 30 de marzo visitamos, por vez primera, el Museo de Juegos y Deportes Tradicionales “El Fuerte” de La Almunia de Doña Godina. Ibamos acompañados por D. Javier Manero Lajusticia y nos causó una excelente impresión, como comentamos en un artículo publicado en este blog el día 3 de abril.

         Lo que no podíamos imaginarnos entonces es que, poco después, Javier Manero iba a ser nombrado responsable de dicho museo. Por ese motivo, ayer volvimos a La Almunia, en compañía de sus padres, para efectuar una visita guiada al mismo.






         Recorrer de nuevo sus salas constituyó una experiencia muy agradable, tanto por su contenido como por sus magníficas instalaciones. La aconsejamos a todos nuestros lectores pues, como comentamos la primera vez, es un museo que hay que visitar.



         Pero lo más divertido es la posibilidad de practicar algunos juegos que se incluyen en esas visitas guiadas. Alguno de ellos, en el interior del museo, con más complejidad de la que podría parecer a simple vista.




         Otros, en los jardines exteriores. Entre ellos el lanzamiento de barra aragonesa, sin demasiada fortuna por parte de quienes lo intentaron, entre otras razones porque, como puede verse en las imágenes era la primera vez que tenían la oportunidad de lanzarla.





         Sin embargo, la sorpresa surgió al practicar diversas modalidades del juego de bolos ya que, en una de ellas, concretamente en el del mölkky, que es de origen finlandés y consiste en alcanzar 50 puntos, sumando los bolos derribados, cada uno de los cuales tiene un valor del 1 al 12, Dª. Mariu Ruiz se alzó con la victoria con gran facilidad. Es una lástima que, por la emoción del momento, no tuviéramos tiempo de inmortalizar ese memorable momento.




         Aún tuvimos oportunidad de recorrer las calles de La Almunia, visitando algunos de sus monumentos más destacados, entre ellos la antigua sede de la encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén a la que perteneció la localidad, ahora convertida en Biblioteca Municipal. 

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