Alfaro
es una ciudad con la que siempre hemos mantenido una especial relación, dado que,
hasta la reordenación de límites, perteneció a la diócesis de Tarazona. Aunque
allí existió un asentamiento humano desde el siglo VII a. C. la historia de la
ciudad comenzó con la fundación de Gracurris,
la primera en el valle del Ebro. El título de ciudad le fue otorgado por Felipe
IV en 1629 y un hecho poco conocido es que perteneció a la provincia de Soria
hasta la creación de la de Logroño en 1833. En la actualidad es el municipio
con mayor término municipal de La Rioja y una población cercana a los 10.000
habitantes.
El
monumento más importante es la antigua colegiata de San Miguel Arcángel, cuyas
obras se iniciaron en 1562, aunque las obras se demoraron más de un siglo.
Realizada enteramente en ladrillo, es el templo de mayores dimensiones de esa
comunidad autónoma, declarado Bien de Interés Cultural en 1976.
Además
de sus valores arquitectónicos, buena parte de su fama se debe a que en sus
tejados se encuentra la mayor colonia de cigüeñas del mundo, establecida en un
edificio. Hasta 121 parejas se llegaron a contabilizar en 2000, aunque su
número ha ido decreciendo debido a la reubicación de algunos de esos nidos y a
su eliminación de la fachada principal y torres, medida criticada por
diferentes colectivos ecologistas.
Está
situada en la plaza de España, donde también se ubica el edificio de la antigua
Casa Consistorial, que actualmente ha sido transformada en Centro Centro
Cultural, Artístico y Medioambiental, albergando en su interior, entre otras
dependencias, a la Oficina de Turismo y al Centro de Interpretación de los
Sotos de Alfaro.
Fue en
ese lugar donde encontramos esta señal por la que se prohíbe “jugar en la lonja
con balones y bicicletas”, una medida que podría ser imitada en otros lugares,
ampliándola a patinetes y otros artefactos que causan indudables daños y
molestias.
La sede actual de la Casa Consistorial y de la
Biblioteca Municipal es el antiguo Palacio Abacial, construido en la segunda
mitad del siglo XVIII, sobre planos de Ventura Rodríguez y también “Bien de
Interés Cultural” desde 1984.
Otro monumento
interesante en el antiguo convento de San Francisco. El edificio conventual es
utilizado como colegio, mientras que el templo levantado en el siglo XVII, con
la imagen del Santo y los emblemas de la orden en su fachada principal, está
abandonado y pendiente de ser rehabilitado.
Lo que
no pudimos ver fue el convento de la Concepción, también construido en el siglo
XVII, cuya comunidad lo abandonó en 2016, trasladándose sus siete religiosas al
convento de la misma orden existente en Borja. Fue adquirido por el Ayuntamiento
de Alfaro por 1.480.000 Euros, para ser destinado a usos culturales, entre
ellos la Escuela Municipal de Música, sede de la Agrupación Musical Alfareña y
Museo Etnográfico, habiendo encargado al arquitecto D. Ignacio J. Gómez Díaz la
elaboración del correspondiente proyecto.
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