Ainzón
conserva, entre sus más preciadas reliquias, el cuerpo de San Severino que fue
donado a su villa natal por fray José Alberto Ximénez y Ruberte (1719-1780),
que llegó a ser Superior General de la Orden de los Carmelitas. El cuerpo
procedente de las catacumbas romanas llegó a Ainzón en 1769, junto con una bellísima
imagen de la Virgen del Carmen.
Actualmente
se venera en un altar lateral de la capilla del Santo Cristo, en la iglesia
parroquial de Nuestra Señora de Piedad, el cual aparecía decorado con flores el
pasado domingo.
Porque
ese día se celebró la fiesta de San Severino Mártir, con una Eucaristía. Nos ha
remitido estas fotografías D. Antonio de Pedro que estuvo presente en ella.
También
dejó constancia de las numerosas indulgencias concedidas por diferentes
prelados a quienes oren ante el cuerpo de este Santo Mártir, al que dedicó un
estudio el recordado D. Mariano Villabona.
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