La Patrona
de la ciudad riojana de Haro es la Virgen de la Vega, cuya bellísima imagen se
venera en el templo, situado en el paraje que da nombre a esa advocación
mariana, el cual fue consagrado como basílica
el 7 de septiembre de 1952. La Virgen porta en su mano una granada, recordando
a los ilustres hijos de Haro que tomaron parte en la conquista de la ciudad de
Granada. También lleva unas espigas de trigo, en este caso aludiendo al milagro
en el que, por intercesión de la Virgen unos haces de cebada se convirtieron en
trigo con el que pudo saldar sus deudas una humilde familia de la localidad.
El fervor
de los jarreros hacia su patrona adquiere especial relevancia en la noche del 8
de septiembre, festividad de la Natividad de Nuestra Señora, cuando el Rosario
de Cristal que, en 2018, cumplió su primer centenario, recorre las calles de la
ciudad.
Para
albergar y mostrar los elementos que lo integran, en 2002 fue inaugurado el
museo, ubicado en la llamada “Casa de los ermitaños”, un edificio del siglo
XVII contiguo a la basílica, el cual fue remozado y reinaugurado el pasado año,
con ocasión del centenario del Rosario.
El Museo
consta de tres salas, en la primera de las cuales se pueden contemplar los faroles
monumentales y los de mano que integran el Rosario. En el caso de Haro lo
componen cinco grandes faroles, representando a los Misterios Dolorosos, con
sus correspondientes Padrenuestros, Avemarías y Glorias, así como otros 62 de
las letanías y tres Agnus Dei.
En las
imágenes precedentes pueden verse también los faroles monumentales de la Cruz
que abre la comitiva y el de la Salve. Todos ellos fueron realizados en los
Talleres Quintana de Zaragoza con gran celeridad ya que, desde el momento en el
que, por impulso de joven sacerdote D. José Monroy Zunzunegui, la Junta
nombrada al efecto, tomo el acuerdo de encargarlo, el 18 de junio de 1918,
apenas habían transcurrido dos meses cuando, a bordo de dos vagones, llegaron
por vía férrea los faroles fabricados por la empresa zaragozana. Todos ellos
fueron costeados por suscripción popular.
A
ellos hay que sumar el farol del Ángelus y el trono de la Virgen que, en su
forma actual, fue construido en 2002 para llevar en procesión, por vez primera,
a la imagen de la Virgen de la Vega, ya que con anterioridad se portaba una
copia de menor tamaño. Con objeto de que pudiera salir por la puerta de la
basílica, fue necesario dotar al trono de un resorte que permitía descender la plataforma
sobre la que se asienta la imagen. Más tarde se ha hecho una réplica de la
misma que es la que ahora preside la procesión. Todos los faroles han sido
restaurados por empresas especializadas y han sido dotados con iluminación Led,
reemplazando en el caso de los de mano a las ineficientes bombillas con pilas
de petaca.
En las
dos restantes salas del museo se exhiben numerosos objetos relacionados con el
culto y devoción a la Virgen de la Vega. Entre ellos destacan los mantos y las
coronas de la Virgen, la colección de rosarios, ropas litúrgicas, cálices,
exvotos, estampas y otros elementos relacionados con historia de su cofradía.
Para terminar
queremos mencionar el peculiar sistema que utiliza para portar los faroles. Para
ello, las personas interesadas deben inscribirse con antelación, siéndoles
facilitadas unas tarjetas con el farol que les ha correspondido, las cuales
devuelven al término del recorrido.
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