Como
es sabido en las peñas o picos de Herrera se alzaron dos castillos que
defendían la raya occidental de Aragón en este sector: los castillos de Ferrera
y Ferrellón, de los que hay numerosos testimonios en la documentación medieval.
Destruidos durante la guerra de los dos Pedros en el siglo XIV, el de Ferrellón
desapareció para siempre, pero el de Ferrera fue reconstruido, aunque apenas
quedan restos del mismo.
Hace
muchos años obtuvimos algunas imágenes de sus huellas, pero no habíamos vuelto
hasta allí con cámara, por lo que aprovechando la bonanza de estos días
organizamos una “expedición” para actualizarlas. En ella participaron tres
destacados historiadores, acompañados por los encargados de su avituallamiento.
Conducidos
por un experto guía, todo transcurrió normalmente mientras ascendían por el
barranco que lleva hasta las peñas, disfrutando de la belleza de un
paisaje que reúne numerosos alicientes.
Pero,
cuando agotado por el esfuerzo el guía tuvo que detenerse, sobrevino la
catástrofe al tomar el mando uno de nuestros investigadores, de cuyos
conocimientos paleográficos no dudamos pero que, como “explorador”, resultó ser
un desastre.
Porque,
en lugar de conducirlos al lugar donde se alzó el castillo de Ferrera los llevó
hasta el de Ferrellón, donde lógicamente no encontraron las huellas que
perseguían y nos quedamos sin las fotografías que pretendíamos obtener.
La
marcha “arqueológica” se convirtió en una excursión campestre que, sin embargo,
les permitió disfrutar de las excelentes panorámicas, salpicadas con algunos
detalles botánicos.
La
desilusión del regreso se vio compensada con la magnífica comida servida en el
Albergue Municipal de Talamantes en el transcurso de la cual se trazaron planes
para un próximo retorno a las peñas, aunque colocando al paleógrafo al final de
la cordada.
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