Dibujos y grabados de Borja

         Una de las revistas que quería consultar D. Antonio Miguel Sierra era el volumen XXX de Zaragoza, editada por la Excma. Diputación Provincial, de la que poseemos la colección completa.

         Publicado en 1969, ilustraba su portada con este dibujo de Vicente González Hernández, aunque el sumario no incluía ningún artículo referido a nuestra ciudad. Es probable que la elección viniera determinada por el eco de la I Semana de Borja en Zaragoza, celebrada poco antes y citada por el Prof. D. Ángel Canellas en la crónica semestral de la provincia.ç

         El mismo dibujo fue elegido para la portada del folleto Ruta del Huecha que, años después (1977) publicó la Institución “Fernando el Católico” y en cuya contraportada figuraba este otro del monasterio de Veruela, realizado por ese investigador y prolífico dibujante que fue Vicente González Hernández.

          

         Al volverlos a contemplar ahora nos han venido a la memoria otros dibujantes que eligieron a nuestra ciudad y su entorno como tema para sus trabajos. Entre ellos D. Mariano Mayoral, maestro en Borja y corresponsal periodístico que nos dejó dibujos como el reproducido.

         También, D. Federico Bordejé que en sus Cuadernos de Campo, conservados en nuestro archivo dejó testimonio de sus excelentes dotes como dibujante, incluyendo otros de algunas personas que le acompañaban en sus recorridos como D. José María Gimeno que es el autor de esta bonita vista del “arco de Catil” en Bulbuente.

         Y, por supuesto, D. Baltasar González, algunos de cuyos magníficos dibujos aún permanecen inéditos, a pesar de ser, en ocasiones, de mayor calidad que sus pinturas.

         Pero asimismo conservamos otros, de autores no plenamente identificados, que tienen un valor testimonial, como reflejo de monumentos ya desaparecidos. Este es el caso del trabajo escolar de un miembro de la familia Ojeda, datado en 1869, en el que ofrecía su particular visión de la plaza de San Francisco en esos momentos.

         Todo ello, unido a grabados y caricaturas que también tenemos, nos ha sugerido la posibilidad de preparar una obra que, al igual que hicimos con la de fotografías antiguas, reúna ese conjunto de obras, como homenaje a sus autores. Sería interesante, tanto por la belleza de los mismos, como por ofrecernos aspectos desconocidos para muchos de nuestro entorno.