El 6
de julio de 2011, cuando este blog iniciaba su andadura, publicamos un artículo
dando a conocer la existencia en el término municipal de Borja de una obra
hidráulica de singular importancia que, a pesar de encontrarse en las
proximidades del casco urbano, había pasado desapercibida para todos los que
han estudiado el Patrimonio Hidráulico aragonés.
Ocho
años después, nuestro colaborador D. Juan Manuel Serrano Lacaba, releyendo la
obra Obras Hidráulicas, publicada en
la colección CAI100, de la que son autores Carlos Blázquez y Tomás Sancho,
donde no se la menciona, se le ocurrió ponerse en contacto con el primero,
remitiéndole nuestro artículo.
Carlos
Blázquez le contestó poco después manifestando que no había oído hablar nunca
de esa presa, de la que no tenía referencias y que, por supuesto, tampoco
aparece en el inventario que realizó para la Confederación Hidrográfica del
Ebro.
Es
importante destacar que la sorpresa que la noticia le ha provocado ha
despertado su interés, hasta el punto de comunicarle a Juan Manuel que, en
cuanto pueda, se desplazará a Borja para conocerla y, si es posible, lo hará
acompañado por Isaac Moreno, el guionista de esa magnífica serie sobre
Ingeniería Romana.
Exterior
de la presa
|
Nos ha
alegrado esta noticia y, comoquiera que ha transcurrido mucho tiempo desde que
publicamos el artículo, queremos recordar hoy que fue D. Federico Bordejé el
primero que llamó la atención sobre la misma, en la primera mitad del siglo XX,
manifestando su opinión de que se trataba de una construcción romana. En
opinión del gran erudito, no cabía la menor duda de que se trataba de una obra
destinada a represar las aguas, lo que era corroborado por la propia toponimia,
ya que la partida correspondiente al vaso de la presa sigue siendo conocida con
el término de “La Laguna”.
Interior
de la presa
|
Señalábamos
entonces que no existe constancia documental ni la más mínima referencia a la
existencia de una presa de estas características en época medieval ni, por supuesto,
en siglos posteriores, por lo que Bordejé sugería que pudiera tratarse de una
construcción romana, alimentada por las aguas de Sopez que, más tarde,
sirvieron para regar el término del mismo nombre. El embalse que la presa
creaba era de una superficie considerable, en torno a 30 Ha. Su emplazamiento
cercano a la antigua Bursao, cuyo
perímetro llegaba hasta la plaza de San Francisco, modificaría sustancialmente
el aspecto del entorno urbano, dulcificando la aridez que ahora lo caracteriza.
Parte superior de la presa en dirección a Borja |
Parte superior de la presa en dirección a Maleján |
Pero, comoquiera que nunca
se ha realizado un estudio de esta obra, ni se han realizado excavaciones, la
datación de la misma en época romana no se asienta sobre datos fehacientes.
Pero lo cierto es que, en un lugar perfectamente accesible, se puede encontrar
esta obra monumental, construida en tierra, de 425 metros de longitud, unos 20
metros de anchura, y una altura considerable, a pesar de la colmatación del
vaso por los sedimentos. En el centro de la misma se aprecia la rotura que, de
manera accidental o intencionada, provocó el abandono de la misma y la
utilización del lugar hasta entonces anegado como nuevas tierras de cultivo.
Ojalá que el interés
demostrado ahora, sirva para un estudio riguroso de la misma o, al menos, para
dar a conocer su existencia.
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