Como
ya informamos en este blog, hasta el día 12 de mayo permanecerá abierta en el
Centro de Interpretación del valle del Huecha, en Albeta, la “Muestra de
Culecas” en la que este año, como novedad, a las elaboradas en la comarca de
Campo de Borja se han incorporado otras de la comarca de Tarazona y el Moncayo.
Sobre
su desarrollo nos ha enviado imágenes Dª. Eva Frago Corao quien nos informa de
que, en la misma, han colaborado las siguientes panaderías: Panambel
(Ambel), Del Rocío (Borja), Hermanos Viela (Mallén ), Hermanos Cuartero(Pozuelo
de Aragón), Del Río (Tarazona), Carcavilla (Tarazona), Julio A. Martinez (Bureta)
y J.M. Serrano (Fuendejalón), aunque está previsto que se incorporen otras.
Algunas han tenido la amabilidad de elaborar la culeca estos días, ya que no en
todas localidades se consume en las mismas fechas. En muchos casos es el día de
San Jorge, pero en otros la comen para la Cruz de Mayo o San Gregorio. En
Ainzón lo hacen el día de San Roque y en Fuendejalón el Domingo de
Resurrección.
Tampoco
es igual su diseño, aunque predominan las que tienen forma de mujer, como las
de Ambel, Bulbuente, Borja y Bureta, entre otras, bañadas antiguamente con
clara a punto de nieve y azúcar, costumbre que se ha mantenido en algunas
localidades.
En Fuendejalón y Ambel,
elaboran unas a las que llaman "la palomica" y "el
pajarico", mientras que en Vera de Moncayo las hay con forma de cesta, las
cuales protagonizan la tradición de “roldar el huevo” que ya comentamos en este
blog.
En la exposición se han
recuperado algunas culecas que se hacían antiguamente en Albeta y Maleján, así
como la preparada por las hermanas Ferrández de Borja, con forma de mano, la
cual puede llevar un huevo insertado en la palma. No resalta Dª. Eva Frago que
le hicieron entrega de la misma en el transcurso de la ronda del roscón, tras
lo cual fue colocada en lugar preferente en la exposición.
Las hermanas Ferrández siguen
elaborando las culecas con una receta antigua,
transmitida por su madre, con "masa dormida". Antes se
necesitaba toda la noche para que la masa fuese “subiendo”, mientras se
controlaba el momento óptimo para trabajarla. Recordamos perfectamente el
laborioso trabajo que ello entrañaba y el mimo, casi como un rito, con el que
se iban disponiendo en torno a la caña las diferentes partes que la componían.
Se hacían en casa y, ya al amanecer, se llevaban al horno. Ahora, la mayoría son industriales, aunque
quienes las siguen elaborando en casa, cuentan con la ayuda de las modernas
levaduras que no necesitan tanto tiempo de reposo.
Finalmente, hay que
señalar que todos los domingos se sortea en la exposición miel del Tío Juan
Cruz de Fuendejalón y que está previsto invitar a los niños para que decoren
una culeca.
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