Entre
las actividades desarrolladas en el Centro de Interpretación del valle del
Huecha en Albeta, como preparación a las fiestas navideñas, destaca la que
congregó a niños y mayores en torno a la obra El último árbol, cuya autora es María Quintana Silva y las
ilustraciones de Silvia Álvarez. Es un cuento que nos hace reflexionar sobre lo
que ocurriría si nos quedásemos sin árboles. Nos habla de la deforestación, de
la contaminación y de que todos juntos podemos hacer grandes cosas.
Goran,
el niño protagonista de esta bella historia, ante la marcha de los árboles,
decide pasar a la acción junto con sus amigos y evitar que el árbol de su
jardín y amigo se marche a un lugar mejor, con ellos van los animales. Es la
Naturaleza que se rebela y marca sus límites. Goran entiende, a través de los
recuerdos, que su amigo ha estado en momentos felices de su vida ya que en
verano ha jugado a su alrededor, le ha dado frutos, le ha proporcionado sombra
y le ha obsequiado con el espectáculo de ver caer sus coloreadas hojas al
llegar el otoño. Así pues con sus amigos, no se les ocurre otra idea mejor que
la de plantar en invierno árboles que, al llegar la primavera, se convertirán
en un bello entorno y nos salvarán a
todos de la deforestación, una lección para los mayores.
A partir de su lectura, Dª. Eva Frago Corao (que nos ha
remitido la crónica y las imágenes) les invitó a reflexionar acerca del mensaje
que quiere transmitir la escritora. Habló de la importancia que los árboles tienen
para el hombre y de la manera de calcular su edad. Antes de iniciar la segunda
parte de la actividad, fue sorteado un pequeño ciprés entre los asistentes, lo
que les hizo mucha ilusión.
A partir de su lectura, Dª. Eva Frago Corao (que nos ha
remitido la crónica y las imágenes) les invitó a reflexionar acerca del mensaje
que quiere transmitir la escritora. Habló de la importancia que los árboles tienen
para el hombre y de la manera de calcular su edad. Antes de iniciar la segunda
parte de la actividad, fue sorteado un pequeño ciprés entre los asistentes, lo
que les hizo mucha ilusión.
De manera simbólica, ataron en torno a su tronco una
estrella de Navidad, haciéndolos visibles y comprometiéndose a cuidarlos,
respetarlos y protegerlos.
Bajo el árbol de Navidad instalado en la plaza Alcalde
Tabuenca, frente a la Casa Consistorial, posaron algunos de los participantes
en esta interesante actividad que tuvo como complemento la creación de un árbol
con los sentidos, del que hablaremos en otro artículo.
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