Ni el sustantivo “desescalada” ni el verbo “desescalar”
existen en nuestro idioma. De ahí que su utilización, como antónimos de
“escalada” y “escalar”, constituya una notable aportación al castellano de
algún lexicógrafo o lexicógrafa que debe formar parte de los expertos surgidos
estos días.
Atendiendo al parecer de quienes conocen y practican el
deporte de la escalada podría definirse como el descenso desde la cima
alcanzada, con los riesgos que ello entraña.
Porque si la escalada es una práctica peligrosa, sobre todo
para quienes carecen de la experiencia suficiente, no son menores los
accidentes ocasionados en los descensos y, de hecho, muchos de los acaecidos en
el Moncayo, por citar la cumbre más cercana a nosotros tienen lugar en el
momento del retorno desde la cumbre. Por lo tanto, en ese proceso se hace
necesario extremar las medidas de precaución y no fiarse de los consejos de
quienes dicen conocer la montaña sin haber estado nunca en ella.
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