martes, 21 de julio de 2020

Ante el incendio de la catedral de Nantes


         Cuando los trabajos de restauración de la catedral de Notre Dame de París acababan de entrar en una fase crítica, dado que, tras asegurar sus estructuras, se había iniciado la retirada del andamiaje metálico que se vio afectado por la catástrofe, operación sumamente compleja por las dificultades que deben afrontar los obreros, suspendidos de una grúa, el incendio desencadenado en la catedral de Nantes ha supuesto otra inesperada tragedia para el patrimonio cultural francés.




         En la mañana del pasado sábado las llamas visibles desde el exterior de la catedral de San Pedro y San Pablo de esa ciudad de la Bretaña provocaron la alarma de los vecinos que inmediatamente reclamaron la presencia de los bomberos. Su rápida intervención evitó que el fuego se propagase, pero la presencia de tres focos simultáneos hizo concluir que el incendio había sido intencionado. Por el momento, hay un detenido que es voluntario de la catedral y encargado de cerrar el templo, aunque no se ha precisado su relación con el siniestro.




         Pero la actuación de los bomberos no pudo impedir la completa destrucción del órgano barroco, uno de los más importantes de Francia, así como otras obras de Arte y un vitral salvado del incendio acaecido en 1972.




         Porque el 28 de enero de 1972 la catedral ya había sufrido un espectacular incendio que ha quedado reflejado incluso en lienzos como el que reproducimos. Como ocurriera en Notre Dame, resultó afectada toda su techumbre, dando lugar a un dilatado proceso de restauración que había sido el más ambicioso de los llevados a cabo en Francia.




         La reiteración de hechos como el que estamos comentando, dado que en junio de 2015 otro incendio había afectado el techo de la basílica de Saint-Donatien, también en Nantes, cuando se estaban efectuado trabajos de reparación, lo que dio lugar a un dilatado proceso de restauración ya finalizado que había sido el más importante de los llevados a cabo en el país vecino.
         En el caso de la catedral se suma el agravante de la intencionalidad cuyas motivaciones tendrá que dilucidar la investigación policial. Pero, al margen de ello, los incendios ocasionados por accidentes en las obras vienen a cuestionar las medidas de seguridad adoptadas, algo que, en uno y otro caso, obligarán a una profunda revisión no sólo en Francia sino en otros países.

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