Sobre la Feria de Borja

         Hoy deberíamos estar celebrando las denominadas “Ferias y Fiestas” de Borja que, a diferencia de otras localidades, no son las Fiestas Patronales de nuestra ciudad sino que tienen su origen en la feria que, por privilegio real, se ha venido celebrando históricamente en torno al 21 de septiembre.

         Eran ferias a las que acudían gentes de muchos lugares para adquirir o vender ganado (a finales del siglo XIX los tratos superaban las 5.000 caballerías) y otros productos que se ofertaban en calles y plazas. Después se unió a la feria unas fiestas que, en cierta manera, venían a suplir las que deberían haberse celebrado una semana antes, dado que la Patrona de Borja era la Santa Cruz, como comentábamos recientemente.

         Porque el patronazgo de la Virgen de la Peana es reciente. Se remonta al año 1948 cuando, por un rescripto de la Sagrada Congregación de Ritos, fue declarada co-patrona de la ciudad, aunque con anterioridad ya, desde finales del siglo XIX los borjanos la consideraban especial protectora.

       

         Este año no tendrán lugar las fiestas de septiembre. La corporación municipal ha distribuido un bonito vídeo en el que se destaca que, ante la actual situación, no hay “Nada de celebrar”. Está grabado en el Salón de Reyes e invita a todos a dejar el pañuelo en casa. Merece la pena verlo y es una lástima que no hemos sabido insertarlo aquí.

         Cuando se suspendió la Semana Santa y, en mayo, las Fiestas Patronales, hubo quienes hablaron de trasladarlas a septiembre. No sólo en Borja sino también en otras localidades. Daba la impresión entonces de que en septiembre todo estaría superado, de manera que, cuando desde aquí comentamos que no sería así, se nos tachó de catastrofistas o pesimistas. Pero la realidad se ha impuesto y, en estos momentos, nada hace presagiar que la solución esté próxima.

         Como no queremos recibir nuevos improperios, nos contentamos con recomendar prudencia y responsabilidad para evitar empeorar las cosas, con la esperanza de ver la luz al final de este siniestro túnel que ha venido a cambiar nuestras vidas que, probablemente, no volverán a ser iguales.