Jaime Suñer tenía especial interés en conocer Calcena, dado que allí y en Mallén se encuentran los testimonios más interesantes del románico en la zona objeto de su estudio, al margen claro está del monasterio de Veruela, y hasta allí se desplazó bien acompañado.
Quedó
maravillado ante una de las portadas de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de
los Reyes que perteneció al antiguo templo sobre el que fue levantada la nueva
iglesia.
Declarada
Bien de Interés Cultural en 2002, esta magnífica iglesia constituye, junto con
la parroquial de San Lorenzo de Magallón, el mejor ejemplo de los templos de “planta
de salón” existentes en nuestra zona con el valor añadido del importante
patrimonio que alberga. Pero, con anterioridad, el templo románico debió ser
también muy importante, como lo demuestran los restos conservados.
Es
posible que también corresponda a esa época la parte inferior de su torre con
el curioso pasadizo que la atraviesa que puede verse en la primera imagen de
este reportaje.
Decíamos que la iglesia tiene dos portadas. Además
de la románica está la principal que es renacentista. Junto a ella se instaló el
arco de entrada a otro templo románico, la ermita de San Miguel, una de las
varias que tuvo la localidad, muchas de las cuales aún se conservan.
La de
San Miguel estuvo situada junto a la carretera y de ella se conserva, además de
la citada portada, su ábside y restos de las ménsulas de su alero. Fue objeto
de un detallado estudio publicado en Cuadernos de Estudios Borjanos y, cuando
la visitamos por vez primera hace años aún pudimos ver varias laudas
sepulcrales medievales en uno de sus muros y en su entorno.
El
recorrido finalizó en Purujosa, donde querían visitar la ermita de la Virgen de
Constantín y saludar al P. Francisco, ermitaño en ese lugar. No estaba y se
quedaron con las ganas de conocer este curioso templo rupestre en el que se
venera a la Patrona de la localidad y único ejemplar de ese tipo en esta zona.
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