Hemos conseguido la última novela publicada este mismo año por Antonio Pérez Henares, escritor al que seguimos con interés, dada su vinculación familiar con Ainzón. Con el título de Cabeza de Vaca, relata la sorprendente peripecia personal de Álvar Núñez Cabeza de Vaca (c.1490-1559), uno de los grandes conquistadores españoles, capturado por los indios en la Florida y que, tras vivir como esclavo varios años, logró la libertad actuando como chamán.
Intentando alcanzar el virreinato de Nueva España,
recorrió buena parte del sur de los actuales Estados Unidos, siendo el primer
europeo en hacerlo, cruzando por la desembocadura del río Mississipi.
Tras
lograr su propósito regresó a España, siendo nombrado por Carlos I Capitán
General y Gobernador del río de la Plata. Le corresponde el mérito de haber
descubierto las cataratas de Iguazu, pero los problemas suscitados con los hacendados
de su gobernaduría, provocaron su destitución y su nueva vuelta a España,
falleciendo en Valladolid, luchando por restaurar su buen nombre.
Lo
interesante para nosotros es que, como recuerda Antonio Pérez Henares, era hijo
de Francisco de Vera y de Teresa Cabeza de Vaca. Huérfano a temprana edad, utilizó
el apellido materno, en lugar del “Vera” paterno, oriundo de esta zona del Moncayo.
Una parte del linaje se estableció en Borja, siendo su solar la “Casa de las
Conchas”. Posiblemente estaban emparentados, pero de ello no cabe deducir que
fuera aragonés, dado que esa rama familiar se consideraba castellana desde
hacía tiempo. De hecho su abuelo Pedro de Vera, residía en Jerez de la Frontera
y, como allegado a la casa de Medina Sidonia, fue el que definitivamente incorporó
a las Canarias a la corona castellana. Pero, al menos, alguna remota relación
existió entre los Veras andaluces y los Veras borjanos. Todos ellos llevaban
los “veros” en sus armas.
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