El Centro de Estudios del Jiloca nos ha enviado el nº 48 de su revista Xiloca cuyo primer apartado está dedicado a sendas biografías: la de Fulgencio Jaime Serrano (1838-1879) la firma José María de Jaime Lorén, mientras la del escultor anarquista de Ródenas Lorenzo García Isarría, es de Agustín Martín Soriano.
La
sección de Historia incluye los siguientes trabajos: “La primera Guerra
Carlista en Calamocha” (Chabier de Jaime Soguero); “La creación de la
Biblioteca Municipal de Calamocha (1931-1943)” (Serafín Aldecoa); “Memorias de
la Guerra Civil en Tornos” (María Pilar Luna Calvo); “El trienio liberal en
Bello. 1920-1823” (Ángel Muñoz Bello); “Graduados en Medicina por la
universidad de Irache procedentes de la comarcas de Daroca y Jiloca” (Fernando
Serrano Larráyoz); y “Los Unzurrunzaga, un linaje guipuzcoana en Barrachina”
(Óscar de Ascoz y Planes).
Manuel
Gómez de Valenzuela y David Pardillos Martín son los autores de un interesante
trabajo que aporta nuevos documentos sobre la producción de obras de Arte en
Daroca y su comunidad desde el siglo XIV al XVII. Finalmente, Carmen Alijarde y
Pilar Edo tratan, en el apartado de Educación, sobre los cuentos de grullas en
la laguna de Gallocanta como recurso motivador para la educación ambiental.
También
nos ha llegado el nº 33 de la otra revista del Centro de Estudios del Jiloca:
los Cuadernos de Etnología del Baile de
San Roque, aunque en la portada ya no se menciona al Santo protector contra
la peste, ahora que hace más falta que nunca.
En su
sumario también aparece un artículo del prolífico autor José María de Jaime
Lorén que trata sobre Carlos Puente y Úbeda, astrónomo y refranista.
Pilar
Edo y José Antonio Sánchez Sancho escriben sobre la palabra del pastor, a
través de las voces y expresiones del léxico pastoril. David Pardillos ofrece
un vocabulario de la impronta de la lengua aragonesa en el valle del Jiloca y
José María Carreras incluye dos trabajos, uno referido a “Tiempos de epidemias”
y el otro sobre un dance de 1731 en honor a San Pedro Mártir.
Lorena
Jorcano y Ruth destacan la importancia de los recuerdos de nuestros mayores,
mientras que Pascual Miguel Ballestín se interroga sobre si el nombre de Virgen
del Buen Acuerdo de Gallocanta procede de una “cuerda”, de un “acuerdo” o de
otra cosa, llegando a la conclusión que la denominación original era de Virgen
de “Cuerlas Altas” o “de Cuerla” que, posteriormente, se asimiló a “cuerda”.
La
revista incluye también unas albadas a la Virgen de los Navarros de Fuentes
Claras y una selección de fotografías de Torrijo del Campo.
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