En el
archivo de una familia borjana que estamos catalogando hemos encontrado esta
curiosa fotografía en la que un matrimonio con su hija o hijo y la doncella
aparecen fotografiados junto a la esfinge y la pirámide de Keops al fondo.
Aunque ha aparecido entre otras familiares su formato y el hecho de que al dorso figura el nombre del editor R. Guilleminot, Boespflug et Cie. París, nos hace sospechar que se trata de una de las postales que se popularizaron entre los primeros turistas que, desde finales del siglo XIX, visitaban Egipto.
En la
foto, el matrimonio elegantemente vestido monta sendos dromedarios cuyas
riendas sostienen sus respectivos conductores. Delante puede verse a la “nurse”
con su uniforme negro que, momentáneamente, ha dejado al niño en manos de la
madre (para hacerse la foto). Detrás un policía o soldado a caballo monta la
guardia, mientras un reducido grupo de personas se dirige hacia la pirámide.
Que el
encuadre era habitual lo demuestran estas otras postales que hemos encontrado en
la red, en todas las cuales pueden verse a aquellos primeros “turistas”
ataviados más para una recepción que para discurrir por las arenas del
desierto.
Otro
de los “posados” más frecuentes era trepando por la pirámide con la ayuda de
dos guías para cada persona y ello tanto con el propósito de ascender hasta la
parte superior como para tomar el té entre las piedras, algo que ejercía una
gran fascinación.
Recientemente,
el gobierno egipcio ha prohibido el empleo de dromedarios y de carros tirados
por caballos para transportar personas hasta las pirámides. Lo ha hecho
atendiendo a las reclamaciones de las asociaciones de defensa de los animales,
aunque ello provocó las protestas de quienes vivían de esta actividad sin que
haya llegado a concretarse el destino final de dromedarios y caballos que ya no
tienen utilidad para sus propietarios. También está completamente prohibido
subir a las pirámides, afrontando graves penas quienes se atreven a intentarlo.
Recientemente ha sido objeto de una gran polémica el reportaje que un conocido
fotógrafo danés realizó en lo alto de una de ellas, simulando el acto sexual al
amanecer.
Hasta
que estalló la crisis provocada por la pandemia el entorno de las pirámides se
había masificado extraordinariamente y las multitudes que intentaban acceder a
ellas ofrecían un aspecto muy diferente al de aquellos intrépidos “aventureros”
de comienzos del siglo XX.
Es muy
probable que los fotografiados en la primera imagen que hemos publicado no sea
ese matrimonio borjano que sospechábamos, pero a juzgar por otras fotografías
encontradas no cabe duda de que realizaron un crucero por el Mediterráneo que les
llevó hasta El Cairo, hoy nuevamente de actualidad por la fastuosa ceremonia
organizada para trasladar a las momias de los faraones al nuevo museo en el que
serán expuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario