Completando la colección de obras de García Bacca CXVI

 

         Seguimos reseñando las obras relacionadas con Juan David García Bacca recientemente incorporadas la sección especializada de nuestra biblioteca. Hoy comentados dos números de la revista Analecta Sacra Tarraconensia que tuvieron carácter monográfico. Concretamente el fascículo II del volumen VIII (1932) y el volumen IX (1933).

         El Dr. D. Josep Vives, bibliotecario de la Biblioteca Balmes, que editaba la revista, había puesto en marcha una iniciativa muy ambiciosa, la de ofrecer la bibliografía hispánica de Ciencias Histórico-Eclesiásticas, con todos los trabajos publicados cada año de tema religioso o eclesiástico, científico o de investigación, incluyendo los aparecidos en el extranjero sobre temas españoles.

         El artífice de esta gran obra fue él mismo, en gran medida, aunque contó con la colaboración del Dr. Josep Casanelles (de la obra del Santo Evangelio), el Dr. Josep Rius (de la Biblioteca Vaticana), el Dr. Ramón Roquer (profesor auxiliar de la Universidad de Barcelona), el Dr. Joan Vincke (profesor de la Universidad de Friburgo) y el joven profesor del Colegio de Filosofía de Solsona, Rvdo. P. David García, como entonces firmaba. Es preciso señalar el prestigio del que ya gozaba para formar parte de este equipo integrado por destacados doctores.

         Para dar una idea de la magnitud de esta empresa basta señalar que la bibliografía correspondiente al año 1931 incluye las referencias comprendidas entre los números 3.039 y 4.234, mientras que en la de 1932 continúan desde el 4.235 al 5.231. Entre ellas, las aportaciones de García Bacca se centran fundamentalmente en las reseñas correspondientes a obras y artículos de Filosofía.

         Un dato curioso es que los ejemplares adquiridos proceden del Institut Catholique de Toulouse, una universidad privada francesa de dilatada tradición ya que, aunque refundada en 1876, se considera heredera de la Universidad de Toulouse que había creado Santo Domingo de Guzmán y en la que cursó estudios de Filosofía Santo Tomás de Aquino que, como se recordará, está enterrado en la iglesia de los Jacobinos de esa ciudad.