Entre
los últimos libros que hemos recibido de la Institución “Fernando el Católico”
figura el del Dr. D. David Cortés Santamarta que lleva por título La obra de Víctor Mira.
Víctor Mira (1949-2003) fue un artista zaragozano autor de una extensísima producción que acumulaba en sus estudios de Barcelona y de la localidad bávara de Breitbrunn am Ammersee que el Dr. Cortés nos describe en la introducción, poniendo de manifiesto el carácter abigarrado de los mismos.
El
libro constituye un excepcional análisis de la trayectoria del pintor, a través
de las tres partes en las que se estructura: La obra entre 1969 y 1983; la de
1983 a 1992 y la de 1992 hasta su fallecimiento. Es una lástima que no cuente
con ninguna ilustración que, al menos, hubiera servido para acercar al lector a
esos lienzos que, como se señala en la solapa posterior, están dominados por un
angustiado pathos, en el que se
refleja el tormento existencial de Mira que, como pocos autores contemporáneos,
encarna el paradigma de artista maldito.
Los
profesores Dª. Rebeca Carretero Calvo y D. Jesús Criado Mainar son los autores
de Historia sagrada del Santísimo
Misterio Dubio de Cimballa, publicado con el nº 93 de la colección “Fuentes
Históricas Aragonesas”.
Fueron
ellos los que, en el fondo histórico de la Biblioteca de la Universidad de
Zaragoza se percataron de la importancia del manuscrito redactado, en 1756, por
fray Antonio Joaquín Sanz de Larrea, monje del monasterio de Piedra, que
transcriben por vez primera.
El
cisterciense relata la historia del milagro eucarístico acaecido en Cimballa, cuyo
testimonio fue depositado en el monasterio, del que ofrece también datos que no
eran conocidos, como destacan los autores.
La obra
nos ha interesado especialmente, tanto por este prodigio que ignorábamos, como
del destino de muchas de las obras de Arte del monasterio que, tras la
Desamortización, fueron desperdigadas entre varias parroquias próximas.
Para
conocimiento de quienes, como nosotros, desconocieran lo ocurrido en Cimballa,
destacamos que fue durante el reinado de Martin I (1396-1410) cuando celebrando
la Santa Misa un sacerdote de Cimballa, tras haber consagrado puso en duda el
misterio de la conversión de las especies del pan y el vino en el Cuerpo y
Sangre de Jesucristo, quedó sorprendido al ver transformarse en carne la Hostia
de la que se desprendieron gotas de sangre que mancharon los corporales, ahora
conservados en un relicario en la iglesia donde acaeció el portento, tras haber
permanecido en el citado monasterio de Piedra.
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