Estamos
acostumbrados a ofrecer una imagen de Borja, caracterizada por ese perfil del
castillo y las bodegas, en torno al cual se agrupa el caserío con las torres de
Santa María a un lado, en el que procuramos ocultar el detonante aspecto de
algún elevado edificio.
Pero lo cierto es que bonito que resulten las fotografías desde la carretera de Cortes o desde San Jorge, lo que muestran ya no se ajusta completamente a la realidad. Mientras el casco antiguo ha sido abandonado por quienes residían allí (hay estadísticas espectaculares de lo acaecido en los últimos años), han ido surgiendo urbanizaciones que lo cercan, al haberse creado en torno a los únicos viales que existían (fundamentalmente las carreteras), en las que ahora residen la mayor parte de los habitantes de nuestra ciudad.
Enrique
Lacleta, observador desde las alturas, de esa nueva imagen, nos ha enviado
estas fotos que, de no ser por el castillo y las torres que emergen al fondo,
nos costaría identificar como una parte de Borja.
Pero,
ahí está esa nueva Borja en la que también cuentan los huertos y jardines, en
algunos casos muy cuidados, que muchos desconocen y que, tanto en los límites
del casco urbano como en sus proximidades, llaman poderosamente la atención.
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