Cuando, antes de 1970, se realizó la postal nº 14 de la serie “Castillos de España”, la imagen del castillo de San Martín de Valdeiglesias era muy diferente a la que ahora presenta, tras las restauraciones a las que ha sido sometido, tras el cambio de titularidad.
La
fortaleza fue construida en el siglo XV por D. Álvaro de Luna y,
posteriormente, pasó a manos de diferentes propietarios que solían utilizarlo
como lugar de descanso y punto de partida para cacerías por los alrededores.
Ya
en el siglo XX se estableció allí un curioso personaje que mantuvo entre sus
muros a dos leones y un tigre, durante algún tiempo. Cuando falleció trágicamente
en 1985, aún había un león que fue llevado a una reserva cercana a Madrid, tras
su hallazgo por la Guardia Civil que tuvo que escalar los muros del castillo,
encontrando también el cadáver del propietario en una de las estancias.
En
2003, se hizo cargo del castillo una fundación constituida por el Ayuntamiento
de San Martín de Valdeiglesias y el abogado D. José Fernando Cornejo Pablos,
que tomó el nombre de “Fundación Castillo de la Coracera”, ya que así suele ser
conocido este monumento, aunque en opinión de los expertos el nombre se deriva
de un error en la transcripción del de un antiguo propietario, D. Antonio
Corcuera.
La
restauración fue encomendada al estudio Riaño Arquitectos, de acuerdo con el
plan director que preveía un uso cultural y un espacio de promoción de los
vinos de la comunidad de Madrid. Los arquitectos tuvieron que trabajar sobre
espacios que ya habían sido objeto de intervenciones anteriores, entre los que
se encuentran una pequeña capilla y un edificio más amplio que fue vivienda
anteriormente.
En
las fotografías procedentes del propio estudio, puede verse la forma en la que
se han resueltos los accesos a algunas partes del castillo, utilizando
materiales que contrastan con la piedra de granito de la construcción original.
Muy
llamativa es también la escalera de caracol que sirve de conexión entre las
plantas del edificio principal.
En
la planta baja se optó por una compartimentación con acero, considerada más
adecuada para ese fin de promoción de los vinos, aunque se ha hablado con
frecuencia de crear un auténtico museo de la Denominación de Origen.
El
castillo puede visitarse y tiene pequeños espacios expositivos, sirviendo
también como marco para la celebración de actos culturales y determinados
eventos como bodas.
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