Fue a comienzos de enero cuando se apagó el primero de los focos que iluminan la fachada de la Casa de Aguilar. Avisados los responsables del mantenimiento, tras reconocer el foco, anunciaron que vendrían a cambiarlo. No volvimos a tener noticias de ellos y, mientras tanto, se apagaron otros tres.
Ahora,
se ha fundido el farol que ilumina la plaza que ha quedado sumida en la
oscuridad. La cámara con la que hemos dejado testimonio de ello, al captar muy
bien la escasa luz, da la impresión de que la situación no es tan llamativa.
Pero,
la luz procede de los pequeños focos que, con baterías solares, instaló en su
fachada un previsor vecino de la plaza. Esa es la luz blanca; la amarilla es
del farol del callejón de San Bernardo.
El
próximo fin de semana cruzará la plaza el cortejo de la recreación. Si no son
reemplazadas las lámparas fundidas, las antorchas que portarán algunos de los
participantes dotarán de gran verismo medieval al acto que está previsto
realizar aquí.
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