Durante varias semanas Borja ha estado
sumergida en una persistente niebla de la que sólo se libraba el Santuario de Misericordia.
Por fin, hace dos días la niebla quedó circunscrita a cotas más bajas.
Ello permitió captar a uno de nuestros colaboradores esta bonita imagen en el que el valle del Ebro aparece convertido en un mar de nubes del que emergen, al fondo, las cumbres nevadas del Pirineo.
Bonitas fotografías en las que también
puede verse a la ermita de San Jorge y a una curiosa construcción que, bajo su cubierta
a cuatro aguas, tiene una bóveda semiesférica que, aunque en la actualidad es
una casa de campo siempre nos ha llamado la atención.
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