El discurso de ingreso de nuestro
Presidente en la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza
versó sobre buques con nombre aragoneses en la mar, en el que incluyó un
elevado número de los que han navegado con pabellón de diferentes países.
Como ahora nos ha señalado un lector, entre ellos no figuraban los dos buques escuelas de la Armada mexicana que se llamaron Zaragoza, lo que tiene una explicación ya que el nombre de ambos no hacía referencia a la capital de Aragón, sino a un ilustre personaje que llevaba ese apellido. No obstante, para satisfacer la curiosidad de nuestro amigo, vamos a comentar las características de esas unidades.
El primer Zaragoza mexicano fue
encargado en 1889 a la Société Nouvelle des Forges et Chantiers de la
Méditerranée, en Le Havre (Francia), donde fue botado en 1891. Con una eslora
de 64,92 metros y 1.226 toneladas de desplazamiento, impulsado por una máquina
de vapor podía dar 13 nudos. Fue clasificado como corbeta, prestando servicio como
buque escuela durante toda su vida activa.
Durante el primer viaje entre Francia y
México estuvo al mando del contralmirante Ángel Ortiz Monasterio y en Veracruz
se hizo cargo del mismo el marino británico Reginal Carey Brenton, que había
sido contratado por el gobierno mexicano para formar a los nuevos
guardiasmarinas.
Fue el primer buque mexicano en
efectuar un viaje de circunnavegación y representó a su país en los actos
conmemorativos del IV Centenario del Descubrimiento de América, en 1892,
celebrados en Palos y Sevilla. También tomó parte en varias acciones de guerra,
como la campaña de Yucatán (1898-1905) o durante la revolución. A bordo del
mismo fueron llevados a México los restos del poeta Amado Nervo, que había fallecido
en Uruguay. Fue finalmente desguazado en 1926.
Pero, como hemos dicho, su nombre no
hacía referencia a la ciudad de Zaragoza, sino a la figura del general Ignacio
Zaragoza Seguin (1829-1862), un destacado militar liberal que fue Secretario de
Guerra y Marina durante la presidencia de Benito Juárez (desde abril de 1861 a
diciembre de ese mismo año). Pero su recuerdo aparece unido al gran triunfo
alcanzado, frente a las tropas francesas, en la batalla de Puebla el 5 de mayo
de 1862. Desgraciadamente, el 8 de septiembre de ese año murió a consecuencia
del tifus exantemático, contraído durante la guerra. Tenía solamente 33 años.
Hubo un segundo Zaragoza. En
este caso se trataba de un lujoso yate que había sido encargado por el
ingeniero Axel Wenner Green a los astilleros escoceses Alexander Stephen &
Sons, donde fue botado con el nombre de Rover y entregado a su
propietario en 1932. Con 97,70 metros de eslora y 12,25 de manga, tenía un
desplazamiento de 2.113 toneladas.
En 1936 cambió su nombre por el de Southern Cross y, al inicio de la II Guerra Mundial fue llevado hasta las Bermudas donde, en 1939, lo adquirió el gobierno mexicano como buque auxiliar, dándole el nombre de Orizaba.
En 1954, se tomó la decisión de convertirlo en buque escuela
y trocó su nombre por el de Zaragoza II, en recuerdo de su predecesor.
Prestó servicio hasta que, como consecuencia de un incendio, causó baja el 22
de enero de 1963. De él se conserva únicamente su mascarón de proa en el vestíbulo
del Museo de la Heroica Escuela Naval de Veracruz.
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