Una de las ilusiones de todo coleccionista es la de llegar a completar las series que constituyen alguna de sus colecciones. A esa pulsión no escapamos nosotros que venimos intentando reunir todas las postales de la serie “Castillos de España” que distribuyó Ediciones Vistabella el pasado siglo. Acabamos de conseguir la que hacía el número 67, dedicada al castillo de Cardona, cuando aún no se había convertido en Parador Nacional, tras una completa remodelación. Nos faltan, todavía, 15 postales de las 121 que componen la colección.
Considerado el castillo medieval más importante de Cataluña fue mandado construir por el conde Wifredo el Velloso en 886. Su hijo Wifredo II Borrell lo entregó a Ernemir II, vizconde de Osona, cuyos descendientes pasaron a titularse vizcondes de Cardona, hasta que Alfonso V creó el condado de Cardona, convertido en ducado por los Reyes Católicos. En aquellos momentos, Juan Ramón Folch IV de Cardona estaba casado con una tía del rey Fernando.
Los Cardona llegaron a ser la familia
más importante de Cataluña con numerosas propiedades y fuentes de riqueza tan notables
como la explotación de la sal. Mantuvo siempre una excelente relación con la
Corona, actuando como mediadores, en diferentes ocasiones, con motivo de
algunos de los conflictos suscitados entre los monarcas y los condados
catalanes.
Por falta de sucesión masculina, el
ducado pasó en el siglo XVI a integrarse en el de Segorbe y, posteriormente, en
el de Medinaceli, volviendo a ser rama independiente en el siglo XX por cesión
del título por parte del XVIII duque de Medinaceli a una de sus hijas.
Dentro del conjunto fortificado se
encuentra la iglesia de San Vicente, de estilo románico y considerables
dimensiones que fue erigida en colegiata. Se accede a ella por el patio
interior y cuenta con un pequeño claustro.
El castillo sufrió considerables daños
durante la Guerra de Sucesión, pues fue sometido a un largo asedio por las
tropas borbónicas. Tras su rendición fue utilizado como cuartel hasta 1903.
En 1931 se hizo cargo del mismo la
Generalitat y, en 1969, fue cedido al Estado para su transformación en un Parador
Nacional que fue inaugurado en 1976.
Decorado con el característico estilo
de los Paradores es un excelente establecimiento hostelero, entre cuyos
alicientes se encuentra el supuesto fantasma de la habitación 712, que nadie ha
visto, pero en torno al cual se han tejido diversas historias amplificadas,
como no podía ser menos, por el programa “Cuarto Milenio”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario