El pasado 30 de junio, al ofrecer imágenes del mural pintado en el cerramiento del campo de fútbol de Luceni, comentamos que el exterior del Colegio de Boquiñeni también había sido decorado por el mismo artista, aunque no habíamos tenido la oportunidad de fotografiarlo, teniendo que recurrir a una imagen que encontramos en la página de ese artista.
Se trata de Diego Vicente es un artista multidisciplinar que
nació en Zaragoza, donde se inició en el mundo del graffiti. Se formó en la
Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y se graduó como diseñador gráfico en la
Escuela Superior de Diseño de Aragón, cursando el tercer año en el Plymouth
College of Art (Inglaterra).
Ahora hemos estado allí y, aunque los árboles impiden una visión global del conjunto, como ocurre en invierno, pudimos tomar algunas imágenes de esta realización que fue llevada a cabo a comienzos este mismo año, contando con la participación de los propios niños de Educación Infantil y Primaria de ese centro educativo que fueron quienes presentaron sus propuestas de diseño al artista.
Situado en la calle Tenor Fleta, un
precioso paseo que conduce al Ebro y al antiguo embarcadero, llevó el nombre de
Colegio Público “Príncipe de Asturias”, actualmente integrado en el Centro
Rural Agrupado “Ínsula Barataria” que agrupa a varios centros educativos de la
Ribera Alta del Ebro y cuya sede central está en Figueruelas.
Diego Vicente, al describir sus
trabajos, señalaba que trataba de conectar lo abstracto con lo figurativo, la
pintura con el dibujo, su lado más visceral con el más racional. Busco hasta
donde puedo llevar esta fusión con el fin de encontrar mi propio lenguaje.
En el caso de sus murales de Luceni y Boquiñeni ha recurrido
exclusivamente a manchas y trazos de vivos colores que inducen al espectador a
reflexionar sobre un mensaje que aparece explícito en lemas como “Amistad” y
“Respeto”, con un resultado muy llamativo.
Estas son imágenes del paseo en el que
se ubica el colegio. Allí se encuentra el Campo de Fútbol de “La Martizuela” y
las piscinas e instalaciones deportivas, terminando en el río Ebro, cerca de
donde antaño estaba la barca pontón que lo cruzaba, a la que dedicamos varios
artículos en este blog, así como a su reconstrucción y posterior pérdida.
Terminamos con estas fotografías del
atardecer en el Ebro y de la luna iniciando su recorrido por el firmamento,
cuando ya salíamos de Boquiñeni. No valen gran cosa pero la intención era
buena…
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