jueves, 1 de septiembre de 2022

Un gran trabajo de dos jóvenes colaboradores

 

         En diferentes ocasiones hemos comentado los problemas de espacio a los que nos enfrentamos en nuestro Centro a la hora de archivar los numerosos materiales que nos llegan. En principio, estaba prevista la ampliación de la Casa de Aguilar por el solar contiguo que fue cedido a la Diputación Provincial. Pero los problemas surgidos respecto a su propiedad y la falta de voluntad a la hora de resolver el problema, han impedido que una obra sumamente necesaria se llevara a cabo.

         La situación respecto a la biblioteca ha llegado a ser verdaderamente angustiosa y hemos tenido que proceder a la instalación de estanterías supletorias ya que las de los Compactus habían alcanzado el límite de su capacidad.

         Pero, aun era más acuciante el problema planteado por las revistas. Hay que tener en cuenta que son más de 800 los títulos de las registradas y ya era imposible colocar en los lugares correspondientes los nuevos números que nos iban llegando.

         Para mejorar la situación, este verano afrontamos una completa remodelación de las instalaciones, suprimiendo los dumios que separaban cada título y recolocando todas las series para permitir nuevas incorporaciones.

         Del trabajo sumamente duro, se encargó inicialmente Nuria Dobos, una brillante estudiante de la Universidad Complutense a la que, más tarde, se le sumó Salvador Marín Hueso, una persona de la que ya hemos hablado en este blog y que, todos los días, se ha desplazado desde Ainzón para sumarse a esta tarea.


         Ambos han logrado lo que parecía imposible en un tiempo relativamente corto y, por lo que respecta a las revistas, disponemos de capacidad para unos tres años más. Además, disponemos de un inventario preciso de todas ellas y de su ubicación, lo que facilitará enormemente su búsqueda y la adecuada colocación de cada número que nos lleve.

         Trabajos como el que estamos comentando no podrían efectuarse sin la colaboración de personas como Nuria y Salvador a las que, desde aquí, queremos expresarles nuestro reconocimiento por su esfuerzo y, sobre todo, por la abnegación y la alegría con el que han llevado a cabo tan duro trabajo.



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