Todos nosotros hemos seguido con inquietud las noticias que llegaban desde la mayor central nuclear de Europa, la de Zaporiyia en Ucrania, capturada por los rusos en los primeros días de la guerra, siendo objeto después de diversos ataques que hicieron temer sobre la posibilidad de un accidente de consecuencias imprevisibles.
Pero la ciudad ha estado también
presente en todos los informativos por las destrucciones causadas por los
intensos bombardeos que ha sufrido que, asimismo, han provocado cortes en el
suministro eléctrico, como también ha ocurrido en otras zonas de Ucrania.
A pesar de ello, nuestra sorpresa ha
sido enorme al comprobar que, entre las visitas que hemos recibido últimamente
en este blog, las hay procedentes de Zaporiyia y de Petrodolynske, una
localidad de unos 3.000 habitantes situada en el Óblast de Odessa.
¿Qué razones pueden impulsar a unas personas que están sufriendo las consecuencias de una terrible guerra a visitar la página de una ciudad lejana como la nuestra? Lo cierto es que resulta difícil encontrar una explicación convincente, sobre todo teniendo que hacer frente a los problemas derivados de la falta de suministro eléctrico y la destrucción de las líneas de comunicación. Comentando esta cuestión, el Vicesecretario de nuestro Centro, con su habitual sagacidad y en un tono evidentemente irónico, decía que seguramente encuentran consuelo al ver el estado de nuestro casco antiguo.
Pero, la guerra no puede ser tomada a broma y nuestro deseo es que esos girasoles que son el símbolo de la resistencia ucraniana y que figuran en la bandera de Petrodolynske, junto con las llaves de San Pedro, puedan volver a florecer pronto en los campos de esa nación víctima de la sinrazón y el despropósito.
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