jueves, 1 de diciembre de 2022

Recuerdos de España en la Grand Place de Bruselas

 

         En agosto de 1695, en el transcurso de la “Guerra de los Nueve años” que enfrentó a Francia con la Liga de Ausburgo, de la que formaba parte España, la Grand-Place de Bruselas (Países Bajos españoles) quedó arrasada por las bombas incendiarias de la artillería francesa, como refleja este lienzo del Museo de la Ciudad.



         Inmediatamente después, el gobernador español, Maximiliano II Emanuel de Baviera, inició su reconstrucción, aunque su estado actual es fruto de intervenciones posteriores que hicieron de este espacio una de las plazas más bonitas de Europa, declarada en 1998 Patrimonio de la Humanidad.

 


         Durante nuestra reciente visita, las obras de instalación de la decoración navideña no permitían contemplarla en todo su esplendor, pero pudimos disfrutar por la noche de una espectacular iluminación con juegos de luces cambiantes.



         A los turistas españoles que visitan la ciudad les llama la atención la existencia en uno de los ángulos de la plaza de un popular café y restaurante que lleva el nombre de “Le Roi d’Espagne”, mientras que al otro lado de la plaza se encuentra el denominado “Café du Roi”. Pero, al margen de estos detalles anecdóticos la presencia española en ese espacio es mucho más importante, como vamos a ver.

 


         Entre los edificios que conforman la plaza, uno de los más importantes es la llamada “Maison du Roi” (Casa del Rey), situada frente al Ayuntamiento, que actualmente alberga el Museo de la Ciudad. Anteriormente, había sido sede del gremio de panaderos y, posteriormente, fue reconstruida por el futuro Carlos V, como sede administrativa del ducado de Brabante. La estatua del emperador aparece en su fachada principal, portando la corona imperial, el cetro y el orbe.

 

         No debemos olvidar que Carlos I de España y V de Alemania había nacido en Gante y se había criado en lo que hoy es Bélgica, por lo que su imagen aparece en numerosos lugares, como por ejemplo en una de las vidrieras de la catedral de Bruselas, en el momento de su coronación.



         Pero, a la entrada del edificio que estamos comentando, una placa recuerda un triste episodio, el de la ejecución de los condes de Egmont y de Horns, el 5 de junio de 1568, por orden de Felipe II. En su honor, fue colocada en el centro de la plaza una fuente con las estatuas de ambos condes que, en la actualidad, se puede ver en la plaza del Petit Sablon, donde la fotografiamos en 2017, como comentamos en este blog.



         Mucho menos conocida por nosotros es la historia de este otro edificio conocido como “Maison du Roi d’Espagne”, en la que se encuentra ese “café du roi” al que antes hacíamos alusión. Era la sede del gremio de panaderos y, tras su incendio, fue reconstruida en 1697. En su fachada, la imagen de San Aubert, patrón de los panaderos, y en la segunda planta, una representación de Carlos II de España, en una bella composición, como monarca triunfante.



         Pero no es el único recuerdo dedicado a este rey en Bélgica, pues a él hace alusión el nombre de Charleroi, la ciudad donde se encuentra uno de los aeropuertos en el que toman tierra muchos de los vuelos de bajo coste que llegan desde España.

         El origen de la ciudad se remonta a 1664 cuando el gobernador español de los Países Bajos, D. Francisco Castel Rodrigo, construyó una fortaleza a orilla del Sambre, a cuya sombra creció una nueva población a la que se dio el nombre de “Rey Carlos” (Charles roi) en honor al monarca reinante, Carlos II. Actualmente, la principal plaza de la ciudad también lleva el nombre de Carlos II.  



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