viernes, 14 de abril de 2023

Comunicado de la Adoración Nocturna en relación con la sequía

 

         De la gravedad de la sequía que estamos padeciendo ha informado la prensa regional, dando cuenta de las pérdidas ocasionadas en los cultivos de cereal y en el riesgo que supone para la ganadería.



         No ha llovido y el nivel de los embalses ha descendido de forma alarmante, también en nuestra zona. La opinión generalizada es que la falta de agua se debe al cambio climático, algo que dista mucho de ser un problema actual, dado que las referencias a la “pertinaz sequía” fueron constantes en el régimen anterior y, por otra parte, hemos podido documentar la celebración de rogativas, implorando el bien de la lluvia, de manera regular a partir del siglo XVIII. De hecho, desde que, por entonces, comenzó a invertirse la curva de temperaturas extremadamente frías que habían imperado desde el inicio, a finales del siglo XV, de lo que se llamó la “pequeña glaciación”.


         Hemos llegado a conocer rogativas en las que se sacaba en procesión la imagen del Santo Cristo de la Parroquia, en medio de un gran fervor popular y un ambiente de preocupación ante el riesgo económico que la falta de agua provocaba.

 


         Pero, hubo otras imágenes a las que se recurrió en ocasiones similares. La Virgen del Rosario de Albeta fue considerada siempre eficaz intercesora en aquellos casos de prolongada sequía. En 1753, se trajo en procesión hasta el convento de capuchinos de Borja, donde permaneció nueve días y, en 1765, se llevó a Albeta el Santo Cristo de la Capilla de Ainzón.


         En este mundo “racionalista” y descreído en el que nos encontramos inmersos, las rogativas parecen cosas del pasado y, frente a la confianza en las predicciones meteorológicas (que fallan más que una escopeta de feria), recurrir a Dios para implorar la lluvia parece algo mágico y desfasado.

         Sin embargo, la Adoración Nocturna acaba de hacer público un comunicado en el que pide oraciones para conseguir esa “lluvia imprescindible para la vida”, manifestando su confianza en el Señor que todo lo puede, el mismo que prometió “que todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré”.

         Por eso, aunque pueda parecer “algo trasnochado” la Adoración Nocturna pide a sus miembros y a todos los creyentes que recen intensamente por este fin, con el convencimiento de que el Dios que todo lo puede, atenderá esas súplicas, concediendo el bien de la lluvia a creyentes y no creyentes, porque la petición es para todos.



 



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