El SIPCA (Sistema de Información del
Patrimonio Cultural Aragonés ofrece, en su página web, amplia información sobre
los diferentes elementos que integran nuestro Patrimonio. La búsqueda es
sencilla y puede efectuarse por provincias, comarcas o localidades.
Ahora, acaba de incorporar una nueva sección, denominada “Catálogos temáticos” que ha sido inaugurada con un “Catálogo de órganos históricos de Aragón”, que recoge y documenta los 59 órganos que fueron declarados Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón en virtud del Decreto 184/2022, de 28 de diciembre.
Entre ellos se encuentra el de la colegiata de Santa María de Borja, del que se ofrece una amplia descripción, con textos del investigador y músico Jesús Gonzalo Sanz, ilustrada con fotografías de Javier Broto. Este es el contenido:
Situado en coro alto, a los pies de la iglesia, mirando al
altar mayor, su caja es original de 1569, con algunos elementos que no son de
origen (probablemente proceden de la intervención de la segunda mitad del siglo
XIX), que afectan principalmente al cerramiento superior de las calles o
chambranas, pero no a la estructura y motivos decorativos de fachada, que aún
repintados, permanecen según origen (1569). También probablemente en la misma
intervención de época (segunda mitad del. XIX) se renuevan los cerramientos del
basamento.
El mueble tiene una concepción renacentista según modelos de
caja de órgano y cercana al retablo. Fachada, cuerpo superior. En origen, en
las calles exteriores, se disponía la gran tubería de metal de 26 palmos (hoy
contras de madera con mascarones en las bocas). El cuerpo central de fachada se
divide en cinco calles, que a su vez marcan dos coros, acentuando la marcación
con moldurado y friso.
En el coro alto, la calle central es de forma semicircular, a
la manera de “castillo”, y se cierra por abajo con bonito motivo de trabajo de
talla, modelo único en Aragón. En las calles linderas a la central, se
presentan nuevamente dos coros, o alturas, disponiendo en el superior tallas de
bulto, San Pedro y San Pablo, y cerrando el inferior con tabla (la tabla
procede probablemente del siglo XIX). En las dos calles extremas de este coro
alto, se dispone tubería canóniga, simulación de tubos cuya función es
únicamente decorativa, pues no cantan, viéndose debajo de ella la rotulación en
talla que marca el año de construcción del mueble: “Año / 1569”.
Sobre cada una de las cuatro calles del coro alto linderas a
la central, dos a dos por lado, a modo de cerramiento superior, se disponen
cuatro cabezas en talla de bulto en saliente, a la manera renacentista,
pareciendo ser una de mujer, dos de hombres y otra de un joven.
En el coro bajo del cuerpo central, las cinco calles se
ciernan con tabla (probablemente de la segunda mitad del siglo XIX), destacando
las dos linderas a la central, que lo hacen con celosía que podría ser de
origen (1569).
También se conservan de origen (1569) el friso del remate
general de todo el mueble (angelotes que sujetan y muestran, dos a dos,
medallones o caras), el friso del arranque del coro alto del cuerpo superior de
fachada (angelotes que entrelazan sus alas), las pilastras acanaladas que
marcan las calles de toda la fachada con sus capiteles de orden corintio, el
remate de la calles del coro bajo del cuerpo central (angelotes mofletudos
alados) y de sobre las puertas de acceso en el basamento, etcétera. Se tratan
todas de tallas renacentistas (1569) de gran calidad, que, aunque ha sufrido
varios repintes, parece querer verse que el acabado de muchas de ellas era en
oro.
El cuerpo central del basamento (el correspondiente a las
cinco calles centrales) procede de alguna reforma, probablemente de la de la
segunda mitad del siglo XIX, respondiendo al mismo trabajo de marquetería que
las chambranas de las calles grandes exteriores, las de debajo de los santos
Pedro y Pablo, y la que cierra la calle central del coro bajo del cuerpo
central, todas con sencillo trabajo de taracea.
En general, es un mueble de gran calidad, que parece que hoy
queda “deslucido” por las grandes superficies cubiertas con tabla,
especialmente en las calles exteriores de fachada, pero que, si se repusieran
los tubos de metal originales de estas calles exteriores, solo con eso, haría
más fácil el entendimiento y valoración del mueble (incluso a simple primera
vista).
Provenientes, probablemente de la reforma de la segunda mitad
del siglo XIX, o siguientes, dispone de dos teclados manuales de 56 notas
(C-g’’’), para dos secretos de 56 válvulas, con la primera octava grave
cromática. Correspondientes a Órgano mayor y Órgano expresivo.
De tracción mecánica, con teclado pedal o pisas, probablemente
de la reforma de la segunda mitad del siglo XIX. 12 pisas (C-H, cromático),
para contras de trece palmos, de madera y abiertas.
El tipo de registros mezcla entre
enteros y partidos (para bajos y tiples). Su número es, para órgano mayor: 8
enteros y 8 medios registros partidos (6 correspondientes para mano derecha e
izquierda y 2 solo para mano derecha). Para órgano expresivo: 7 registros enteros y 1 medio registro partido
(para mano derecha). El número total de registros de los teclados manuales es
de 15 registros enteros y 9 medios registros.
La tracción de registros proviene, probablemente de la
reforma de la segunda mitad del siglo XIX, o siguientes, al igual que los dos
secretos de correderas, todo en pino y de 56 cancelas (C-g’’’) cada uno.
A falta de estudio pormenorizado, en casos similares, se
conserva tubería desde el barroco hacia adelante, incluida la de la importante
reforma de la segunda mitad del siglo XIX realizada por los organeros Roqués.
En cuanto a su historia se señala que el constructor de la
caja fue Juan Sanz de Tudelilla, reproduciendo una información de nuestro
Centro: “Juan Sanz de Tudelilla, un artista importante, nacido hacia 1535 en la
localidad riojana de Tudelilla, que se había formado con Alonso González,
vecino de Borja y autor, entre otras obras, de los frescos de la catedral de
Tarazona… Juan Sanz contrajo matrimonio con Isabel Vicente, con la que tuvo
ocho hijos, al menos, todos ellos bautizados en Santa María (de Borja), entre
los que destacó Mateo, que fue también escultor… Su fama como artista se debe,
en buena medida, a la realización del trascoro de la Seo zaragozana. Esa obra y
la de nuestro órgano son las únicas que se han conservado, aunque se sabe que
realizó otras, como una imagen de la Virgen del Rosario, para Alberite de San
Juan” (información ofrecida en la Web del Centro de Estudios Borjanos).
Respecto al órgano se señala que es
obra de Pedro Roqués (Santo Domingo de
la Calzada, La Rioja, 1813-Zaragoza, 1883) y Manuel Roqués (hijo de Pedro, †
última década del s. XIX).
Pedro Roqués es el principal representante de la escuela de
órgano ibérico romántico de tradición. Formado en Zaragoza con el francisco
exclaustrado Ignacio Bermeo, y con una primera etapa como organero a su lado y
con centro en Bilbao, se documenta su taller en Zaragoza, primero junto con su
hermano mayor, Miguel, y después junto a sus hijos, desde sobre 1856 hasta su
óbito, acaecido en 1883. Taller que es continuado por sus hijos Manuel y Juan,
y que en 1912 traslada su sede a Pamplona, ya bajo el nombre Juan Roqués e
hijos, sucumbiendo al fuego en 1923.
También se hace alusión a los diferentes
órganos que existieron en la colegiata: Para la caja de 1569, construyen un
órgano en 1569-1571 los organeros Fermín y Pedro Granollers. Nuevo órgano a
finales del siglo XVII y principios del XVIII por José de Sesma († 1699),
concluido en 1702 por Ambrosio Moliner. Intervención de Miguel Usarralde en
1816. Nuevo órgano de Pedro Roqués (ya junto con su hijo Manuel) en la segunda
mitad del siglo XIX. Última intervención de cierta importancia por Amezúa y
Compañía en 1947, siendo en 1980 cuando el organero Marcos Chartier realiza una
puesta a punto del instrumento. En la actualidad “funciona, pero necesita
restauración integral”.
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