jueves, 6 de abril de 2023

El órgano de Santa María en el SIPCA

 

         El SIPCA (Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés ofrece, en su página web, amplia información sobre los diferentes elementos que integran nuestro Patrimonio. La búsqueda es sencilla y puede efectuarse por provincias, comarcas o localidades.

         Ahora, acaba de incorporar una nueva sección, denominada “Catálogos temáticos” que ha sido inaugurada con un “Catálogo de órganos históricos de Aragón”, que recoge y documenta los 59 órganos que fueron declarados Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón en virtud del Decreto 184/2022, de 28 de diciembre.


         Entre ellos se encuentra el de la colegiata de Santa María de Borja, del que se ofrece una amplia descripción, con textos del investigador y músico Jesús Gonzalo Sanz, ilustrada con fotografías de Javier Broto. Este es el contenido:


Situado en coro alto, a los pies de la iglesia, mirando al altar mayor, su caja es original de 1569, con algunos elementos que no son de origen (probablemente proceden de la intervención de la segunda mitad del siglo XIX), que afectan principalmente al cerramiento superior de las calles o chambranas, pero no a la estructura y motivos decorativos de fachada, que aún repintados, permanecen según origen (1569). También probablemente en la misma intervención de época (segunda mitad del. XIX) se renuevan los cerramientos del basamento.

 

El mueble tiene una concepción renacentista según modelos de caja de órgano y cercana al retablo. Fachada, cuerpo superior. En origen, en las calles exteriores, se disponía la gran tubería de metal de 26 palmos (hoy contras de madera con mascarones en las bocas). El cuerpo central de fachada se divide en cinco calles, que a su vez marcan dos coros, acentuando la marcación con moldurado y friso.

 


En el coro alto, la calle central es de forma semicircular, a la manera de “castillo”, y se cierra por abajo con bonito motivo de trabajo de talla, modelo único en Aragón. En las calles linderas a la central, se presentan nuevamente dos coros, o alturas, disponiendo en el superior tallas de bulto, San Pedro y San Pablo, y cerrando el inferior con tabla (la tabla procede probablemente del siglo XIX). En las dos calles extremas de este coro alto, se dispone tubería canóniga, simulación de tubos cuya función es únicamente decorativa, pues no cantan, viéndose debajo de ella la rotulación en talla que marca el año de construcción del mueble: “Año / 1569”.

 

Sobre cada una de las cuatro calles del coro alto linderas a la central, dos a dos por lado, a modo de cerramiento superior, se disponen cuatro cabezas en talla de bulto en saliente, a la manera renacentista, pareciendo ser una de mujer, dos de hombres y otra de un joven.

 

En el coro bajo del cuerpo central, las cinco calles se ciernan con tabla (probablemente de la segunda mitad del siglo XIX), destacando las dos linderas a la central, que lo hacen con celosía que podría ser de origen (1569).

También se conservan de origen (1569) el friso del remate general de todo el mueble (angelotes que sujetan y muestran, dos a dos, medallones o caras), el friso del arranque del coro alto del cuerpo superior de fachada (angelotes que entrelazan sus alas), las pilastras acanaladas que marcan las calles de toda la fachada con sus capiteles de orden corintio, el remate de la calles del coro bajo del cuerpo central (angelotes mofletudos alados) y de sobre las puertas de acceso en el basamento, etcétera. Se tratan todas de tallas renacentistas (1569) de gran calidad, que, aunque ha sufrido varios repintes, parece querer verse que el acabado de muchas de ellas era en oro.

 

El cuerpo central del basamento (el correspondiente a las cinco calles centrales) procede de alguna reforma, probablemente de la de la segunda mitad del siglo XIX, respondiendo al mismo trabajo de marquetería que las chambranas de las calles grandes exteriores, las de debajo de los santos Pedro y Pablo, y la que cierra la calle central del coro bajo del cuerpo central, todas con sencillo trabajo de taracea.

En general, es un mueble de gran calidad, que parece que hoy queda “deslucido” por las grandes superficies cubiertas con tabla, especialmente en las calles exteriores de fachada, pero que, si se repusieran los tubos de metal originales de estas calles exteriores, solo con eso, haría más fácil el entendimiento y valoración del mueble (incluso a simple primera vista).

 

Provenientes, probablemente de la reforma de la segunda mitad del siglo XIX, o siguientes, dispone de dos teclados manuales de 56 notas (C-g’’’), para dos secretos de 56 válvulas, con la primera octava grave cromática. Correspondientes a Órgano mayor y Órgano expresivo.

 

De tracción mecánica, con teclado pedal o pisas, probablemente de la reforma de la segunda mitad del siglo XIX. 12 pisas (C-H, cromático), para contras de trece palmos, de madera y abiertas.



         El tipo de registros mezcla entre enteros y partidos (para bajos y tiples). Su número es, para órgano mayor: 8 enteros y 8 medios registros partidos (6 correspondientes para mano derecha e izquierda y 2 solo para mano derecha). Para órgano expresivo:  7 registros enteros y 1 medio registro partido (para mano derecha). El número total de registros de los teclados manuales es de 15 registros enteros y 9 medios registros.

 

La tracción de registros proviene, probablemente de la reforma de la segunda mitad del siglo XIX, o siguientes, al igual que los dos secretos de correderas, todo en pino y de 56 cancelas (C-g’’’) cada uno.

A falta de estudio pormenorizado, en casos similares, se conserva tubería desde el barroco hacia adelante, incluida la de la importante reforma de la segunda mitad del siglo XIX realizada por los organeros Roqués.

 

En cuanto a su historia se señala que el constructor de la caja fue Juan Sanz de Tudelilla, reproduciendo una información de nuestro Centro: “Juan Sanz de Tudelilla, un artista importante, nacido hacia 1535 en la localidad riojana de Tudelilla, que se había formado con Alonso González, vecino de Borja y autor, entre otras obras, de los frescos de la catedral de Tarazona… Juan Sanz contrajo matrimonio con Isabel Vicente, con la que tuvo ocho hijos, al menos, todos ellos bautizados en Santa María (de Borja), entre los que destacó Mateo, que fue también escultor… Su fama como artista se debe, en buena medida, a la realización del trascoro de la Seo zaragozana. Esa obra y la de nuestro órgano son las únicas que se han conservado, aunque se sabe que realizó otras, como una imagen de la Virgen del Rosario, para Alberite de San Juan” (información ofrecida en la Web del Centro de Estudios Borjanos).


         Respecto al órgano se señala que es obra de Pedro Roqués  (Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, 1813-Zaragoza, 1883) y Manuel Roqués (hijo de Pedro, † última década del s. XIX).

Pedro Roqués es el principal representante de la escuela de órgano ibérico romántico de tradición. Formado en Zaragoza con el francisco exclaustrado Ignacio Bermeo, y con una primera etapa como organero a su lado y con centro en Bilbao, se documenta su taller en Zaragoza, primero junto con su hermano mayor, Miguel, y después junto a sus hijos, desde sobre 1856 hasta su óbito, acaecido en 1883. Taller que es continuado por sus hijos Manuel y Juan, y que en 1912 traslada su sede a Pamplona, ya bajo el nombre Juan Roqués e hijos, sucumbiendo al fuego en 1923.

         También se hace alusión a los diferentes órganos que existieron en la colegiata: Para la caja de 1569, construyen un órgano en 1569-1571 los organeros Fermín y Pedro Granollers. Nuevo órgano a finales del siglo XVII y principios del XVIII por José de Sesma († 1699), concluido en 1702 por Ambrosio Moliner. Intervención de Miguel Usarralde en 1816. Nuevo órgano de Pedro Roqués (ya junto con su hijo Manuel) en la segunda mitad del siglo XIX. Última intervención de cierta importancia por Amezúa y Compañía en 1947, siendo en 1980 cuando el organero Marcos Chartier realiza una puesta a punto del instrumento. En la actualidad “funciona, pero necesita restauración integral”.



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