En el barrio de Torrero de Zaragoza, junto a la iglesia de San Antonio y el convento de capuchinos, se alza un llamativo monumento en piedra que, con el nombre de “Sacrario Militare Italiano”, alberga los restos de un elevado número de militares italianos que fallecieron en el transcurso de la Guerra Civil.
La historia de este gran complejo
funerario parte de la iniciativa de uno de los capellanes del Corpa Truppe
Volontarie, el capuchino Pietro de Varzi, que fue quien propuso la construcción
de un mausoleo en el que fueran depositados los restos de los combatientes
italianos, enterrados en diversos lugares, cercanos a los frentes en los que
habían combatido.
En la elección de Zaragoza influyó sin
duda el hecho de estar bien situada y el que fuera una ciudad fundada por el
emperador César Augusto, razón por la cual el Duce había regalado una copia de
la famosa estatua de Prima Porta y, en cuanto a su ubicación exacta junto al
convento capuchino, quizás influyera en ello el citado capellán.
Para materializar la idea, se encargó el proyecto al
arquitecto de Pamplona D. Víctor Eusa Razquin que concibió una gran torre de
doble altura que la que finalmente se concluyó. La financiación fue asumida por
el gobierno italiano y las obras comenzaron inmediatamente, pero el desarrollo
de la II Guerra Mundial y las dificultades crecientes para las potencias del
Eje, restringieron la llegada de los fondos necesarios, por lo que hubo que
reducir la altura de la torre.
Finalmente, fue oficialmente inaugurado
el 25 de julio de 1945. Hasta el interior de la impresionante estructura de la
torre fueron trasladado, en principio, los restos de los más de 1.000 fallecidos
en los frentes aragoneses que habían permanecido sepultados en diversos
lugares, como el cementerio de Alcañiz o el de Zaragoza.
Tras el plebiscito celebrado el 2 de
junio de 1946, Italia se convirtió en república y el nuevo régimen que se hizo
cargo del Sacrario Militare Italiano de Zaragoza, decidió que allí fueran
enterrados también los 546 italianos que murieron combatiendo en las Brigadas
Internacionales, de manera que el monumento acogiera a los fallecidos de ambos
bandos.
En 1975, los restos de 116 soldados del
CTV que habían sido sepultados, junto con otros 268 en la llamada “Pirámide de
los italianos” en el puerto del Escudo (a la que dedicaremos otro artículo,
fueron exhumados y trasladados a Zaragoza, mientras que los restantes fueron
repatriados. En los últimos años también han sido repatriados a Italia restos
de los sepultados en el Sacrario en el que, por otra parte, se dedica
anualmente un recuerdo a todos los caídos.
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