jueves, 1 de junio de 2023

Otros cementerios militares italianos

 

         Al tratar ayer sobre la torre que, en Zaragoza, acoge los restos de los militares italianos fallecidos en el transcurso de la Guerra Civil española, hicimos referencia a otros cementerios militares italianos en España. El más importante de ellos es el mausoleo, en forma de pirámide, que fue edificado en el puerto del Escudo, como sepulcro de los 384 miembros del Corpo Truppe Volontarie que murieron en el transcurso de la batalla de Santander.


 

         Fue construido según el proyecto realizado por el arquitecto italiano Pietro Giovanni Bergaminio. Tiene forma de pirámide escalonada y en la parte frontal se abre el acceso bajo una gran “M” que hace alusión a la palabra “cementerio” en italiano: “Moritorio”.

 


         En su interior se encontraban los nichos con los restos de los caídos pero, en 1975, fueron exhumados y, como dijimos, algunos fueron repatriados a Italia (268) y los restantes trasladados a Zaragoza. 


         La pérdida de su función y su ubicación en un lugar aislado, propiciaron que el monumento fuera deteriorándose como consecuencia del abandono y del vandalismo. Además, fue incluido entre las obras a eliminar como consecuencia de la Ley de la Memoria Histórica, lo que ha intentado paralizar la Junta de Castilla León, incoando expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural. 



         Existieron otros cementerios militares italianos, uno de ellos en Zaragoza (desaparecido). Más conocido es el de Campillo de Llerena (Badajoz) donde fueron enterrados los muertos de la I Brigada Mixta Legionaria de “Frecce Azzurre” en la que, bajo mando italiano, combatían también españoles. Aunque conocido como el “cementerio de los italianos” sólo había 12 de esa nacionalidad. El resto eran 54 españoles y 3 cadáveres de identidad desconocida. Todos ellos habían resultado muertos en la primera batalla de la sierra de Argallén.

         Comoquiera que los italianos fueron trasladados a Zaragoza, el cementerio quedó abandonado, hasta que en 2010 el Ayuntamiento de Campillo de Llerena, decidió restaurarlo convirtiéndolo en un espacio para el recuerdo y la reconciliación. 



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