viernes, 7 de julio de 2023

Juegos Florales en Caspe y otras ciudades

 

         Cuando D. Mario Maganto nos dio noticia de la aparición, en 1930, de varias fotografías de las novilladas celebradas en Borja aquel año, en la revista Mundo Gráfico, nos propusimos localizar un ejemplas de la misma que, por fin ha llegado a nuestro poder.



         Por supuesto que, en esa interesantísima revista popular ilustrada se encontraba la página dedicada a varios espectáculos taurinos, entre ellos los de Borja. Pero, también, incluía otras muchas imágenes y reportajes de interés. Entre ellos, los relativos a las Fiestas del Libro que ya se celebraban en Madrid y Barcelona. A esta última corresponde la foto de esos dos niños recorriendo los puestos que reproducimos porque nos ha gustado el elegante traje del jovencito.

 

         Pero la fotografía que nos ha impresionado, de una manera especial, es la de los Juegos Florales de Caspe, por la magnífica puesta en escena de los mismos en el teatro de la ciudad. En el centro el trono de la Reina de los Juegos que tiene a sus pies a dos niñas y está flanqueado por los maceros de la corporación municipal, cuyos miembros asisten al acto con sus bandas. En torno a la Reina, las diez Damas de Honor, todas ellas vestidas de blanco y con sus acompañantes de etiqueta. Incluso vemos tras las damas a dos personajes portando alabardas. La decoración del escenario no puede ser más cuidada, lo que pone de manifiesto la importancia que revistió esa celebración, de la que no hemos encontrado crónicas, que las habrá.

 

         Los Juegos Florales tienen un remoto origen en la Roma clásica, pero como exaltación de la Poesía se menciona a los celebrados en Toulouse en 1323 que, en el siglo XIX quisieron reproducir las ciudades de Barcelona y Valencia. La primera en 1859 y la segunda veinte años después.

         Esta imagen corresponde a uno de los celebrados en Valencia y su puesta en escena también fue espectacular, con la Reina y sus damas (con traje regional estas últimas) y la presencia de los maceros y la corporación municipal, en la que se distingue el Alcalde portando su bastón.

         Las fiestas contaban con un mantenedor, escogido entre destacadas figuras de la Letras y, en Barcelona, se entregaban tres premios: la Flor Natural o premio de honor, a la mejor poesía amorosa, la Englantina de oro a la mejor poesía patriótica y la Viola d'or i argent al mejor poema religioso.

 

         En Borja, nunca llegaron a celebrarse, aunque en los Juegos Florales de Teruel, en 1902, D. Baltasar González fue premiado por la composición dedicada a la “Fiesta del Árbol” que terminó convirtiéndose en el Himno Oficial de la misma para toda España. Por otra parte, el gran poeta de Ainzón Marcos Zapata, fue mantenedor de los Juegos Florales de Zaragoza ese mismo año.

         Lo más parecido, aunque a considerable distancia, de unos actos de ese tipo celebrados en nuestra ciudad, fueron las galas de entrega de Premios en los Concurso Literarios convocados por nuestro Centro, en sus primeros años. Se celebraban en el Teatro Cervantes, con asistencia de las Reinas de toda la Comarca y, en uno de ellos, actuó como mantenedor D. Francisco Oliván Bayle.



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