La imagen de la Patrona de Borja es, desde el punto de vista artístico, una obra de gran valor, cuyo autor se desconoce por el momento, aunque el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández viene trabajando sobre esta cuestión desde hace tiempo, habiendo ya avanzado sobre indicios muy sólidos. Pero, por el momento, ha podido resolver la autoría de dos piezas relacionadas con la imagen: sus basas.
Actualmente,
estamos habituados a verla desfilar por nuestras calles, el primer domingo de
mayo, sobre su trono, rodeada de flores. Pero, no hace demasiado tiempo, la
Virgen era llevada en una sencilla peana, como muestra esta última fotografía
de una procesión del Corpus, a la que concurría con otras muchos bustos e
imágenes (detrás de ella se puede ver a San Bartolomé)
Pero el busto de la imagen, tanto en el camarín donde, ahora se le venera, como en los desfiles procesionales, descansa sobre unas basas, de las que existen dos modelos. El primero y más antiguo de ellos es el de esta fotografías que puede verse habitualmente en el camarín y es el que aparece en la imagen de la procesión del Corpus a la que hemos hecho referencia.
El otro,
con unas nubes, tal como aparecen en esta antigua foto de la colección Ojeda es
sobre el que desfila en el Rosario de Cristal, aunque apenas se distingue por
las flores que lo ocultan, pero puede verse cuando las reparten al final de
procesión.
El más
antiguo de ellos es el que, sobre unas volutas, lleva cabecitas de ángeles. Ahora,
el Dr. Aguilera acaba de documentar que fue realizado por el escultor borjano,
establecido en Huesca, Simón Lacasa que, posiblemente, fue quien colocó los
ojos de cristal en la imagen que, en gran medida, dañaron esa obra de un autor
digno de la máxima consideración
Simón
Lacasa, del que ofrecimos información en este blog, a raíz de los datos
aportados en otro trabajo sobre la labor que había desarrollado en el Arsenal
de Cartagena, tallando mascarones de proa para los buques que allí se construían,
fue también el autor de la magnífica imagen de San Miguel, la titular de la
parroquia de ese nombre, que ahora se muestra en el Museo de la Colegiata, la
cual había sido encargada por el jurista borjano Tomás Martínez Galindo.
La relación entre artista y mentor fue más intensa de lo que habíamos supuesto, ya que el Dr. Aguilera, en el estudio que está realizando, ha podido documentar otras obras suyas conservadas en Borja, de lo que informaremos cuando lo culmine.
La otra
basa, la de las nubes, es posterior y obra de otro gran escultor de nuestra
ciudad: Cristóbal Salesa, que cuenta con una producción numerosa y de calidad,
a pesar de lo cual, no ha merecido la atención a la que se había hecho
acreedor. La situación ha cambiado notablemente en los últimos años, gracias al
esfuerzo de Alberto Aguilera, que le ha permitido encontrar obras suyas en numerosos
templos y documentar (en este caso por una feliz circunstancia) su autoría en
una obra tan relevante como la imagen de la Divina Pastora del antiguo convento
de capuchinos de Borja, también en el Museo de la Colegiata ahora.
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