jueves, 3 de agosto de 2023

Acerca de un sillar reutilizado

         De la cabecera de la nave de la colegiata de Santa María de Borja, sobresalen varias edificaciones. Una de ellas (la que está detrás del ciprés en la imagen) es la capilla de los Mártires, uno de los más bellos espacios del templo que está a la espera de su recuperación. El otro (detrás de la señal de tráfico) es el trasagrario.


         El trasagrario es la capilla situada detrás del retablo mayor. En ella se reservaba el Santísimo y se abría a la nave a través del llamado “óculo eucarístico” que, aún puede verse rodeando a la cabeza de la imagen de la Virgen que preside el retablo. Desde la calle Claustrones se iluminaba con los dos vanos redondos que se pueden ver en esta imagen.

         Pero, la reja que se ve debajo corresponde a la cripta en la que eran enterrados los canónigos de la colegial y otras personas. Actualmente, es accesible al público y en ella se conserva, entre otras cosas, el paso de la Muerte que desfila en el Entierro de Cristo.

         Aunque fue reforzado no hace muchos años, esta construcción presenta grietas estructurales que pueden llegar a constituir un peligro. Además, contra todo lo que sería razonable en un monumento declarado “Bien de Interés Cultural”, está rodeado de cables y en uno de sus lados tiene adosado un cuadro eléctrico o transformador.


         Pero, lo que motiva este artículo, es el detalle “descubierto” por Jorge Andía quien se ha percatado de que uno de los sillares utilizados como base de la construcción, presenta un detalle llamativo, una excavación circular en el centro de una de sus caras visible y, probablemente, otra en la parte oculta. Nos comenta que es, sin duda, un sillar reaprovechado, como también lo son los otros, pero el que más le ha llamado la atención puede ser de origen romano.



         Sillares como ese los hay en diferentes lugares, también en nuestra zona y, con este gráfico, nos explica para qué servían esos orificios. Se hacían para permitir sujetarlos a aquellas primitivas grúas o polipastos con las que eran elevados hasta el lugar que debían ocupar. Esta técnica ya era utilizada por los griegos y por los romanos en sus construcciones, pero continuó en uso en épocas posteriores.

         Lo que no sabemos es de dónde procedía el sillar que motiva este comentario, ya que aunque casos similares los hay en localidades cercanas, no recordamos ahora que haya otros aquí, aunque tiene que haberlos.


 


 

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